Primicias24.com- Los industriales brasileños revisaron hacia abajo todas sus proyecciones económicas para este año ante el aumento del nivel de incertidumbre electoral en Brasil, la ola de proteccionismo en los mercados internacionales y la lenta recuperación de la economía del país.
El escenario pesimista tanto interno como externo llevó a la Confederación Nacional de la Industria (CNI) a reducir su proyección para el crecimiento de la economía de Brasil en 2018 desde el 2,6% esperado hace tres meses hasta el 1,6% previsto en el informe coyuntural trimestral, reseñó Efe.
De acuerdo con la patronal, la producción industrial de Brasil este año ya no crecerá el 3% que era esperado en abril sino un 1,8% según los cálculos del nuevo informe.
De la misma forma, la proyección para el crecimiento de la agropecuaria fue reducida desde el 2% hasta el 1%, la del crecimiento del sector servicios desde el 2,2% hasta el 1,3%, la de la expansión del consumo de los brasileños desde el 2,8% hasta el 2,0% y la del aumento de las inversiones del 4,0% al 3,5%.
«El aumento del nivel de incertidumbre en los últimos meses redujo las expectativas de crecimiento para la economía brasileña. Ese ambiente de dudas sobre los rumbos del país, en virtud de las elecciones de octubre, de la futura política económica y de los efectos de la reciente huelga de los camiones, llevó a la CNI a reducir todas sus proyecciones», afirmó la Confederación.
Brasil vivirá en octubre las elecciones presidenciales menos previsibles en las últimas dos décadas en el país y en medio de un ambiente de gran radicalización.
Los dos líderes en los sondeos de intención de voto son el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que está virtualmente inhabilitado por su encarcelamiento para cumplir una condena por corrupción, y el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, un capitán en retiro del Ejército defensor de la última dictadura militar en Brasil.
«La principal fuente de incertidumbre que limita el crecimiento de la economía está en el escenario electoral y sus implicaciones sobre el futuro de la política económica del país, principalmente porque el principal desafío es reducir el histórico déficit público», según la CNI.
Mientras que Lula defiende el aumento de los gastos públicos y la eliminación de las medidas que el actual Gobierno adoptó para sanear las cuentas, Bolsonaro admite que no entiende nada de economía.
«Tan sólo la definición del escenario electoral, y el anuncio por parte del vencedor de un programa creíble y efectivo de ajuste económico, permitirá sedimentar expectativas positivas en cuanto al desempeño de la economía más allá de 2018», según el análisis.
La Confederación también justificó su pesimismo por el aún lento crecimiento de la economía brasileña este año tras la más profunda de las recesiones en las últimas décadas en Brasil.
El PIB de la mayor economía de Sudamérica se retrajo un 3,5% en 2015 y un porcentaje igual en 2016 y tan sólo comenzó a recuperarse en 2017, con un ligero crecimiento del 1,0%, que se mantuvo igual de débil en los primeros meses de 2018.
«Las causas de la pérdida de intensidad de la recuperación, además, van más allá de las incertidumbres domésticas. El cambio en el escenario internacional también contribuye para un ritmo de crecimiento menos robusto», asegura la patronal.
De acuerdo con la CNI, la tendencia de Estados Unidos a elevar sus tipos redujo la liquidez internacional y provocó depreciación y volatilidad en las tasas de cambio de los países emergentes, lo que, por su parte, generó un ambiente desfavorable en estos países que se viene reflejando en los niveles de crecimiento.
«La nueva ola proteccionista, con el agravamiento de las tensiones comerciales entre los principales países y la guerra comercial de los Estados Unidos con Europa y China, es otro elemento perturbador del escenario», agrega la patronal.
La CNI consideró que, con los grandes mercados cerrados, las excedencias de productos industriales en las grandes economías, principalmente China, se dirigirán de forma inevitable hacia los países emergentes.
El informe también alertó sobre los enormes efectos negativos que tuvo en la economía brasileña la huelga de camioneros que paralizó el país por once días en mayo y que provocó una grave crisis de desabastecimiento que obligó a las industrias a interrumpir su producción por varios días.
Con información de ElUniversal
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