Primicas24.com Una indemnización de cerca de 500.000 euros pagada por la aerolínea lusa TAP a una exdirectiva que ahora es secretaria de Estado por un cese anticipado ha despertado la polémica en Portugal y ha llevado a la oposición a pedir explicaciones.
Este fin de semana el medio luso Correio da Manhã divulgó que la actual secretaria de Estado del Tesoro, Alexandra Reis, fue indemnizada para compensar el tiempo que le quedaba por contrato como administradora ejecutiva de la aerolínea (controlada por el Estado luso), después de que ella fuera quien renunciara el pasado febrero.
Según la misma fuente, Reis, que recibía por su puesto en la aerolínea 254.000 euros brutos al año, tenía derecho a una indemnización correspondiente a cuatro años de mandato en TAP, aunque los 500.000 euros corresponden a los dos años que le quedaban.
Pocos meses más tarde, en julio, fue nombrada presidenta del Consejo de Administración de la Navegación Aérea de Portugal (NAV Portugal), también bajo control del Estado, cargo que ostentó hasta este mes.
Su nombre volvió a salir en la prensa cuando el primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, anunció en noviembre que la iba a nombrar secretaria de Estado del Tesoro, cargo que asumió al comenzar diciembre.
Como respuesta, el vicepresidente del grupo parlamentario del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) -principal partido de la oposición-, Paulo Rios, ha pedido explicaciones.
«La señora secretaria de Estado, escandalosamente en nuestra opinión, decide voluntariamente abandonar el cargo que ocupa en TAP y a costa de eso recibe una indemnización. Queremos este asunto aclarado hasta el final. Sea el contrato, sea la justificación. No se entiende que TAP diga que el contrato es confidencial», expuso Rios en declaraciones al canal RTP.
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, añadió este domingo a periodistas que, aunque «parece no haber un problema de compatibilidad», sí que es «incomprensible» la cantidad pagada.
«Son montos muy elevados, sobre todo tratándose de entidades empresariales propiedad del Estado y que están en una situación de reestructuración», alegó el jefe de Estado.
Un año después de las ayudas autorizadas por Bruselas para garantizar la viabilidad de la empresa, unos 3.200 millones de euros, TAP está inmersa en un plan de reestructuración con reducciones de plantilla y de los activos del grupo.
El Gobierno socialista luso ha dejado claro que quiere lanzar su privatización para integrarla en un gran grupo de aviación aunque no se saben los detalles.
La relación entre TAP y sus empleados se ha mantenido tensa este año por las condiciones laborales, que ha derivado en huelgas y protestas de la plantilla.
El último choque fue por una huelga el 8 y 9 de diciembre, convocada por los tripulantes de cabina, que llevó a la aerolínea a cancelar 360 vuelos en las semanas previas como medida de contención. EFE