Primicias24.com.- Este libro que presentamos a ustedes, La Era de Trujillo: Narraciones de Don Cucho es un testimonio de mucho crédito de uno de los colaboradores en el orden político, el de mayor intimidad e importancia, que marchó junto a Trujillo por cerca de treinta años. No obstante ser amigos desde la niñez y durante parte de la adolescencia, vinculados por lazos familiares, no fue hasta dos años después de la llegada de Trujillo al poder, en 1932, que Don Cucho Álvarez Pina ingresó al gobierno de la República y se convirtió en colaborador de Trujillo.
Don Cucho narra, con discreción y objetiva modestia, aspectos importantísimos de los perfiles y matices del régimen que Trujillo impuso con su colaboración y con la de otros hombres de su generación, para transformar radicalmente en el orden económico, social y político, las bases fundamentales de la nación dominicana, que en términos institucionales, en honor a la verdad, no existían. Álvarez Pina fue actor, avalador y testigo de ese proceso que transformó, más que nada, en términos sociales al pueblo dominicano.
Don Cucho fue, al igual que algunos de sus compañeros y a diferencia de otros, un factor de moderación y prudencia, que sirvió de frontera al estilo agresivo, intolerante, rencoroso y asesino de Trujillo, razón por la cual, el autor de estas memorias, nunca fue acusado de ser instigador, cómplice o ejecutor de represalias políticas.
Todavía, por mucho tiempo, Trujillo será protagonista del pasado, del presente y del porvenir de nuestro pueblo. No importa que los que viven del antitrujillismo, que ha sido un negocio lucrativo para muchos que nunca combatieron a Trujillo en vida y se han beneficiado aún después de su muerte, sigan levantando esa bandera y emborronando cuartillas en los medios escritos de comunicación.
Es necesario apuntar, al concluir esta presentación de las memorias de Don Cucho Álvarez, que como ha sucedido en otros países de América y del mundo, los emperadores, reyes, presidentes o jefes de gobierno, dictadores o tiranos, que obligaron a sus pueblos a caminar por senderos de progreso, modernización y orden, grabaron sus nombres, eternamente, con letras de sangre, dolor y muerte. Así ha sucedido con Rafael Trujillo Molina y el régimen que encabezó por treinta y un años.