En 2019, Juan Guaidó se autoproclamó el verdadero líder de Venezuela. El líder de la oposición, de cara fresca, se reunió con los líderes mundiales en Davos, recibió una ovación de pie en un discurso sobre el estado de la Unión de los Estados Unidos del presidente Donald Trump y encabezó protestas gigantes en Caracas. Se desarrolló un punto muerto, ya que Guaidó no pudo derrocar al presidente Nicolás Maduro y Maduro no pudo apagar el apoyo público a Guaidó. Cuatro años de limbo terminaron con Guaidó expulsado como jefe de la oposición y Maduro recuperando el reconocimiento de muchos gobiernos extranjeros. Ha orquestado un repunte económico sorprendente, aunque frágil, con la ayuda del alivio de las sanciones de la administración Biden.
1. ¿Cómo se desarrolló el punto muerto?
Guaidó se proclamó presidente interino al afirmar que la constitución de Venezuela le permitía dar ese paso al frente de la Asamblea Nacional, a la que calificó como el último órgano elegido democráticamente del país. Maduro, que había sido elegido por estrecho margen después de la muerte del presidente izquierdista Hugo Chávez en 2013, ganó la reelección en 2018 en una votación que la oposición y los observadores extranjeros calificaron de fraudulenta. Los gobiernos extranjeros, encabezados por los EE. UU., cambiaron su reconocimiento a Guaidó, respaldándolo como el líder legítimo. Eso dejó a Venezuela en una situación extraña: Maduro ostentaba la presidencia en Caracas y todo el poder en Venezuela, pero Guaidó era reconocido como presidente interino por decenas de gobiernos extranjeros.
2. ¿Qué llevó a la caída de Guaidó?
Maduro nunca perdió el apoyo de las fuerzas armadas y policiales del país. Guaidó inicialmente parecía representar una seria amenaza para el régimen, ya que pudo sacar a las calles grandes multitudes antigubernamentales repetidamente. Su reconocimiento por parte de gobiernos extranjeros le dio acceso a importantes recursos, incluido el oro en el extranjero, cuentas bancarias y activos como la refinería estadounidense Citgo Corp. Pero después de que los soldados rechazaran los llamados a desertar y las protestas fueran dispersadas por la policía, el movimiento perdió fuerza, un cambio acelerado por las interrupciones de la pandemia de Covid en 2020. La presión sobre Maduro disminuyó a medida que la economía del país mejoró de catastrófica a simplemente mala. A fines de 2022, todos menos un puñado de países habían dejado de reconocer a Guaidó o cambiaron su reconocimiento a Maduro. El apoyo de Guaidó cayó en casa a solo el 12% desde el 60% en 2019. Se abrieron fracturas dentro del movimiento de oposición. En diciembre, la mayoría de los legisladores de la Asamblea Nacional liderada por la oposición votó a favor de poner fin a su gobierno interino, destituyéndolo efectivamente como la figura clave entre las fuerzas anti-Maduro.
3. ¿Qué condujo a la mejora económica?
Después de que los precios mundiales del petróleo cayeron abruptamente en 2014, Venezuela, que contaba con el petróleo para el 98% de sus ingresos, se sumió en una crisis. Para 2018, la inflación se disparó a 250,000% anual y surgió una escasez constante de todo, desde fórmula para bebés hasta papel higiénico, lo que finalmente llevó a más de 7 millones de residentes a huir. La producción de petróleo cayó más de la mitad después de que Estados Unidos impusiera sanciones a las exportaciones. A partir de 2020, Maduro aflojó los controles de precios y permitió la circulación del dólar estadounidense; ya se estaba utilizando ampliamente en el mercado negro cuando la moneda de Venezuela, el bolívar, perdió su valor. Adoptó algunas políticas más favorables al mercado, reduciendo los gastos del gobierno, deshaciendo las expropiaciones, reduciendo la intervención en las actividades del sector privado y levantando los aranceles sobre miles de productos importados.
4. ¿Dónde salió eso del país?
Las medidas de Maduro ayudaron a impulsar temporalmente la inflación mensual a un solo dígito para 2022, aunque siguió siendo la más alta del hemisferio, y redujeron la pobreza. También crearon burbujas de prosperidad en algunas áreas, especialmente en Caracas, donde volvió una sensación de normalidad. La proliferación de dólares y la disponibilidad generalizada de productos básicos fue suficiente para sofocar la mayor parte de la presión sobre Maduro. Mientras tanto, las victorias electorales de los líderes de izquierda en Colombia y Brasil le permitieron contar con una recepción regional más amigable, con nuevas iniciativas centradas en la cooperación económica. Portugal y España nombraron recientemente embajadores en Caracas, mientras que EE.UU. abrió una línea directa de comunicación con el régimen, mejorando sus perspectivas de recuperar el reconocimiento internacional. Estados Unidos también alivió algunas sanciones a la industria petrolera de suma importancia para el miembro fundador de la OPEP a fines de noviembre después de que el gobierno firmó un acuerdo humanitario con la oposición. Eso incluyó una licencia para Chevron Corp. para aumentar algunas operaciones. Sin embargo, la mayoría de las restricciones siguen vigentes y la administración Biden ha amenazado con endurecerlas si las negociaciones con la oposición no avanzan.
5. ¿Dónde deja esto a la oposición?
Tras la disolución de la administración interina de Guaidó, las fracturas se ampliaron entre los numerosos partidos que conforman la oposición. El propio partido de Guaidó, Voluntad Popular, se alejó de una coalición conocida como G4, y el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, acusó a varios otros líderes de la oposición de ser cómplices de Maduro. Mientras tanto, otros tres partidos nombraron una junta de tres políticos exiliados para dirigir la Asamblea Nacional, encabezada por un médico poco conocido que vive en España. Sin embargo, el nuevo liderazgo tiene poca influencia sobre el movimiento prodemocrático de Venezuela. Y las disputas públicas han puesto en duda si la oposición puede llevar a cabo un plan para realizar elecciones primarias y unirse detrás de un solo candidato para enfrentarse al candidato del gobierno, probablemente Maduro, en las elecciones de 2024.
6. ¿Qué busca la oposición?
Delegados de la oposición realizaron dos rondas de diálogo con el gobierno de México; en 2022, llegaron a lo que parecía ser un acuerdo revolucionario para unir fuerzas y trabajar en algunos de los problemas humanitarios que enfrenta el país, como reparar las redes eléctricas y el sistema de agua, mejorar las escuelas y comprar medicamentos y vacunas. La idea era utilizar unos 3.000 millones de dólares en fondos que habían sido congelados en cuentas extranjeras para permitir que las Naciones Unidas realizaran el trabajo. Pero implementar el plan ha sido un proceso más lento y complejo de lo que se pensó inicialmente, con dudas sobre cómo se administrarían los fondos, la mayoría de los cuales se encuentran en cuentas bancarias en el extranjero. La oposición ha estado pidiendo garantías de que en las elecciones de 2024 se invitaría a observadores electorales independientes y se permitiría la postulación de candidatos previamente prohibidos. Pero Maduro y su principal negociador, Jorge Rodríguez, han declarado que no están dispuestos a volver a la mesa de negociaciones hasta que se implemente el plan humanitario. Mientras tanto, EE. UU. ha amenazado con “retirar” las sanciones que impuso si Maduro no hace concesiones a través del proceso de negociación.
FUENTE: The Washington Post
