Primicias24.com- En los ancianatos públicos del país, que representan tan solo un 30% de los existentes, el servicio y los cuidados no son los mejores. Para muestra de ello, los cupos se habilitan, a medida que mueren sus ocupantes.
Los datos fueron emitidos a partir de una investigación hecha por la asociación civil Convite. El organismo detalló que hay casi 200 espacios para recluir a personas de La tercera edad en el país.
La ola migratoria que vive el país, no solo separa familias, sino que muchas personas terminan en lugares que nunca pensaron que ocuparían; un temor que se convirtió en recurrente entre la población de mayor edad, ante la posibilidad de que sus familiares pasen a formar parte de los las estadísticas y salgan del país.
Carmen Chávez nunca se imaginó en un escenario similar, pero la crisis no jugó a su favor.»Me llamo Carmen Julia y mi hermana me dejó aquí sentada», dijo a la trabajadora social del Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inass), Armando Reverón, en La Guaira, luego de que su familiar la abandonara a las puertas del que se convirtió en su nuevo hogar.
Quien velaba por ella se fue a Estados Unidos y aunque prometió volver, nunca lo hizo. «Revisábamos el comedor cuando de repente nos dicen: ‘Miren, afuera hay dos señoras mayores’. Salimos y no eran dos abuelas, era una sola. Era Carmen, a quien dejaron ahí con su bolsito y le dijeron ya yo vengo».
La encargada del área social de la organización, quien prefirió mantenerse en el anonimato, explicó que varias veces intentó contactar a la familiar, pero nunca contestó.
Motivos y consecuencias
Aunque no es el caso del Inass de Catia La Mar, una de sus trabajadoras señala que en general los casos de abandono llegan a 10% de la población. Señala que si bien la razón principal de llevarlos a este tipo de centros radica en la imposibilidad de su familia para atenderlos y mantener la estabilidad emocional. Hoy las causas cambiaron.
«No es que quieren abandonarlos sino que los medios para vivir ya no les dan para cuidar a los papás. Entonces, bien sea por una necesidad económica o habitacional terminan dejándolos aquí. Nosotros actuamos porque sabemos que el adulto mayor es muy vulnerable y que la familia también está en riesgo psicológico», dijo la licenciada en trabajo social.
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