Primicias24.com- El 05 de abril de 1969, hace 51 años, falleció el venezolano Rómulo Gallegos. Fue un gran escritor, educador, político y Presidente de la República.
Fue considerado como el artista más relevante del siglo XX y uno de los más grandes literatos latinoamericanos de todos los tiempos. Una de sus novelas reconocidas mundialmente es Doña Bárbara, obra que se convirtió en clásicos de la literatura hispanoamericana.
Gallegos, fue presidente de Venezuela en 1948 por tan solo nueve meses, convirtiéndose en el primer mandatario presidencial del siglo XX elegido de manera directa, secreta y universal por el pueblo venezolano.
Su mandato fue el más votos a su favor obtuvo en elecciones populares celebradas en el país en todos los tiempos, con más del 80% de la totalidad de los votos. Sin embargo, su separación del poder se debió al Golpe de Estado de 1948, liderado por Carlos Delgado Chalbaud.
Su extensa producción literaria es pieza fundamental del patrimonio literario del país, siendo sus escritos más conocidos Cantaclaro, Canaima, Pobre Negro y el Forastero.
El novelista también fue Premio Nacional de Literatura y la Academia Venezolana de la Lengua lo eligió como miembro de ella, pero no lo recibió. Su obra continúa siendo hoy en día, un punto de referencia sobre Venezuela y el mundo iberoamericano.
El inicio de Rómulo Gallegos como escritor está asociado al teatro. Escribió obras como, «Los ídolos» (1909) y «El motor» (1910), de las cuales sólo esta última se publicó en vida del autor. «Los ídolos» fue una pieza de la cual hizo una versión probablemente del mismo año, «Los predestinados» (la primera permanece inédita; la segunda fue publicada en el n° 2 de La Alborada, el 14/2/1909). En las «Obras selectas», Editorial Edime, 1959, aparece «El motor» y «El milagro del año» de 1915, que también publicó como cuento.
Sus novelas reflejan su interés por la vida del campesinado venezolano. Su primera novela, El último Solar (1920), la reeditaría en 1930 con el título de Reinaldo Solar que relata la historia de la decadencia de una familia aristocrática.
En 1922 logra publicar La rebelión y en 1925 publicó La Trepadora, retratando en ambas el problema del mestizaje, planteando como solución los matrimonios mixtos.
En 1927 viaja para presenciar los llanos venezolanos y así documentarse para su próxima novela. El resultado sería Doña Bárbara publicada en 1929. Doña Bárbara representa aquella Venezuela cruel, insensible por la corrupción, traición, despotismo, falta de libertad, latifundismo e injusticia y brujería; pero en el melodrama se muestra que en la realidad existía también una raza buena que ama, sufre y espera para luchar contra la dictadura desenfrenada de aquel entonces
Sus restos fueron dejado junto la tumba de su esposa Teotiste, en el ala sur del Cementerio General del Sur, respetando la última voluntad del escritor.