En reiteradas oportunidades, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, manifestó la importancia de la cuarentena para «salvar vidas«
Primicias24.com- Si bien las diferencias ideológicas entre los líderes Brasil y Argentina se volvieron notorias desde hace poco tiempo, el paso del COVID-19 terminó por intensificarlas.
Las decisiones políticas que decidió tomar cada mandatario siempre termina siendo cuestionada la una de la otra, haciendo referencia al número elevado de casos de infección -en el caso de Brasil-, y a la «terrible» cuarentena que se vive en Argentina.
En reiteradas oportunidades, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, manifestó la importancia de la cuarentena para «salvar vidas», mientras se encarga de mostrar gráficos que comparan el bajo número de muertes en su país en relación con las de otras naciones, incluido Brasil.
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Además, el presidente argentino citó al país de Bolsonaro al menos tres veces, directa o indirectamente, como un ejemplo que no debe seguirse.
«Estamos viendo lo que sucede en los lugares donde se ha priorizado la economía», dijo, aludiendo al número de muertes de covid-19 en Brasil.
Mientras tanto, Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, afirma que el modelo de cuarentena argentino, con el empeoramiento de su crisis económica, debería evitarse. «Miren a nuestra querida Argentina ¿es eso lo que quieren?», dijo, según reprodujo la prensa argentina.
Hasta el pasado 27 de junio, Argentina registraba 1.207 muertes por COVID-19, y Brasil más de 55.000.
Al respecto, el jefe de Estado argentino dijo que si su país hubiera seguido el modelo brasileño para enfrentar la pandemia, tendría alrededor de 10.000 muertes y no las cifras actuales.
No obstante, el canciller brasileño Ernesto Araújo dijo que Bolsonaro y Fernández podían haberse reunido en marzo durante la asunción del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, pero no fue posible porque el argentino no participó.
Araújo dijo que Bolsonaro dio muestras de querer encontrarse con Fernández, pero que del lado argentino «no había interés» y que las señales del gobierno argentino «son ambiguas».