Su determinación y valentía hicieron que su historia fuese contada y recordada a través de los años
Primicias24- Luisa Cáceres de Arismendi, heroína de la independencia de Venezuela, nació el 25 de septiembre de 1799 en Caracas. Hija de Domingo Cáceres y de Carmen Díaz su familia estuvo rodeada de tragedia en la lucha por la independencia del país.
En primera instancia, para 1814 mataron a su padre en la guarnición de Ocumare donde se encontraba por invitación de su amigo el comandante Juan José Toro. Para el 14 de marzo La comandancia Militar de Caracas, al frente de la cual se encontraba Juan Bautista Arismendi, posteriormente su esposo, organizó una expedición para ayudar a los patriotas de Ocumare, y uno de sus hermanos era parte del movimiento, pero fueron derrotados y su hermano hecho prisionero.
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Para el 9 de abril de 1815 Arismendi es Gobernador provisional, pero arribó al lugar el General Pablo Morillo, y él decidió rendirse y entregar la comandancia. Arismendi y Luisa vivieron a las afueras de La Asunción bajo la presión y persecución española. En 1815 ordenan la aprensión de su esposo, pero escapa y se oculta en las Montañas de Copey.
Esta situación hizo que Cáceres fuese tomada como rehén, estando embarazada, y es encerrada en la casa de la familia Anés, para su posterior traslado a un calabozo del Castillo de Santa Rosa en La Asunción donde recibió malos tratos.
Brigadieres Juan Bautista Pardo y Salvador Moxó ordenaron su traslado al Castillo San Carlos de Borromeo en Pampatar y luego a una prisión de La Guaira, posteriormente ingresó como prisionera al convento de la Inmaculada Concepción en Caracas, donde llegó el 22 de marzo de 1816. En ese período se le negó la comunicación con sus familiares.
Los triunfos de las fuerzas de Arismendi y el General José Antonio Páez en Apure obligaron a Morón a ordenar el traslado de Luisa Cáceres a Cádiz, es llevada a la prisión de La Guaira para su traslado que se fijó el tres de diciembre, llegando a su lugar de destino el 18 de enero de 1817.
Fue recibida por un capitán general en Andalucía quien rechazó el trato que recibió y le otorgó la condición de confinada, asignándole una pensión de 10 reales y protección bajo el médico José María Morón y su esposa Concepción Pepet y su destierro transcurrió sin noticias de su familia y esposo.
En marzo de 1818 ofrecen trasladarla de vuela a América y se comienzan todos los preparativos para la fuga, durante los que prometió que Juan Bautista Arismendi pagaría por todos los preparativos. Llegó a Filadelfia el tres de mayo de 1818. Un año más tarde el Consejo de Indias dictó una resolución que le otorgaba libertad plena para establecer su residencia donde quisiera.
Llegó a Caracas y se residenció en el lugar hasta la fecha de su muerte, el dos de junio de 1866. Tuvo la dicha de observar la libertad de su patria y la bandera de la libertad ondeando en la nación anteriormente española. Diez años más tardes sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional, en reconocimiento a su labor en pro de la independencia de Venezuela.