Primicias24.com El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visitó este martes el frente en la región de Donetsk, el punto más caliente de la guerra y a poco más de 420 kilómetros de la región rusa de Bélgorod, atacado el lunes por saboteadores rusos que Rusia aseguró hoy haber eliminado en una operación antiterrorista.
El mandatario ucraniano viajó hoy a la línea de defensa cercana a las ciudades orientales de Vuhledar y Mariinka, al suroeste de la capital regional, Donetsk, controlada por las fuerzas rusas desde 2014.
ZELENSKI VISITA EL FRENTE MÁS CALIENTE
Mariinka, donde en la última jornada se han registrado «numerosos ataques enemigos», forma junto con Bajmut el epicentro de los combates en esta región.
Zelenski condecoró a los soldados que luchan en este frente, entre ellos dos mujeres, y anunció la decisión de aumentar de forma significativa el potencial de los marines ucranianos con la creación del «Cuerpo de Marines».
«El Estado hará todo lo posible para desarrollar una rama de tropas importante y fuerte, al proporcionar a nuestra infantería armas y equipos modernos y crear nuevas brigadas de la Infantería de Marina ucraniana», recalcó el presidente.
A unos 125 kilómetros de Marriinka se encuentra la ciudad de Bajmut, que Rusia dio por tomada el fin de semana pasado y donde, según el Estado Mayor General de Ucrania, «el enemigo continúa operaciones ofensivas» y «la lucha por la ciudad prosigue».
Allí, según la viceministra ucraniana de Defensa, Hanna Malyar, las tropas ucranianas controlan el suroeste de la ciudad, además de los flancos norte y sur, y el número de bombardeos es constantemente alto, pero en la urbe misma «las acciones ofensivas han disminuido un poco».
El líder interino impuesto por Rusia en Donetsk, Denís Pushilin, viajó este martes a Bajmut, desde donde habló en un vídeo colgado en su canal de Telegram de la restauración de la ciudad y del desminado.
Sostuvo que la restauración de los servicios civiles en la urbe, totalmente destruida en los nueve meses y medio de combates, es posible «como demuestra la experiencia de Mariúpol», la ciudad más devastada hasta la batalla por Bajmut.
Mucho más al norte, en Rusia, los ciudadanos y el Kremlin intentaban recuperarse del ataque de saboteadores que tuvo lugar el lunes en la región fronteriza de Bélgorod y que provocó la evacuación de civiles de nueve localidades, según el gobernador, Viacheslav Gladkov.
EL KREMLIN MUY PREOCUPADO POR EL ATAQUE EN BÉLGOROD
El Kremlin no pudo ocultar su «profunda preocupación» por la incursión de partisanos rusos que combaten del lado de Ucrania en territorio ruso, la segunda desde la de marzo en Briansk, pero con más equipos como vehículos blindados.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, insistió en que se trata de «combatientes ucranianos», pese a que el ataque fue reivindicado por el Cuerpo de Voluntarios Rusos y la Legión Libertad para Rusia.
Pese a reconocer Moscú que este nuevo golpe a la seguridad de Rusia requiere «grandes esfuerzos» para evitar incursiones similares en el futuro, el presidente ruso, Vladímir Putin, no ha convocado un Consejo de Seguridad extraordinario como sí hizo en marzo, sino que por ahora mantiene la reunión ordinaria del viernes.