Primicias24.com- El fiscal general de Irán, Mohamad Yafar Montazerí, informó que su país suprimió la policía de la moral, fuerza que vigilaba la vestimenta de las personas y detenía sobre todo a las mujeres que no se cubrían de acuerdo con los códigos dictados por el sistema de la República Islámica.
Esa policía «no tiene nada que ver con el Poder Judicial», explicó Montazerí al hacer el anuncio en declaraciones difundidas anoche por la agencia local iraní de noticias ISNA, los analistas consideran una cesión ante el movimiento de protesta popular que se dan en el país desde hace tres meses.
Sin embargo, Montazerí explicó que el poder judicial continuará con su supervisión respecto al comportamiento a nivel comunitario y subrayó que la vestimenta de las mujeres sigue siendo muy importante, sobre todo en la ciudad santa de Qom, al sur de Teherán.
«El mal hiyab (velo islámico) en el país, especialmente en la ciudad santa de Qom, es una de las principales preocupaciones del poder judicial así como de nuestra sociedad revolucionaria, pero cabe señalar que la acción judicial es el último recurso y las medidas culturales anteceden a cualquier otra», dijo Montazerí en un discurso en una reunión con clérigos en Qom.
La ciudad de Qom es donde están situados los principales seminarios del país y donde visitan y estudian miles de peregrinos y seminaristas de todo el mundo.
Irán vive protestas desde el pasado 16 septiembre, tras la muerte de la joven de 22 año Mahsa Amini, que se encontraba bajo custodia policial por ser arrestada precisamente por la policía de la moral debido a supuestamente llevaba mal puesto el velo islámico.
«No se trata de protesta, esto es una revolución», «no queremos República Islámica», «muerte al dictador», son algunos lemas que gritan los manifestantes en protestas callejeras o por las noches desde las ventanas de sus casas y escriben en los muros de los edificios desde el pasado mes de septiembre.
Segun el Consejo de Seguridad de Irán desde el comienzo de las protestas han muerto «más de 200 personas», pero oenegés extranjeras, como Iran Human Rights, con sede en Oslo, sitúan el número de muertos en 448 por la fuerte represión policial.