La ciudad de Nueva York anunció la creación de una oficina para atender a los solicitantes de asilo que han llegado en masa en los últimos meses a la ciudad y cuyo número, según datos oficiales, supera los 30.000, tras llegar a 50.000 en abril, lo que desató una crisis humanitaria ante el desbordamiento de los servicios públicos.
El alcalde Eric Adams presentó un plan que dibuja las nuevas políticas de la ciudad para responder a esta avalancha de inmigrantes, mayoritariamente procedente de Venezuela, y que se desató el año pasado, cuando las autoridades estatales de Texas, del opositor Partido Republicano, comenzaron a fletar autobuses cargados de inmigrantes hacia Washington y Nueva York, como una manera de presionar a los demócratas, que controlan el Gobierno federal y también las alcaldías de ambas capitales.
La iniciativa adelantada por Adams incluye, según un comunicado, el establecimiento de centros para solicitantes de asilo que estarán abiertos permanentemente y un programa para facilitar el empleo de estas personas, en el que participará la universidad estatal.
Una de las quejas más repetidas por los inmigrantes es la lentitud en el tratamiento de sus solicitudes de asilo, que pueden llevar hasta dos años, un plazo durante el cual no consiguen permisos de trabajo y solo pueden aspirar a empleos ilegales.
Uno de los nuevos centros de atención estará ubicado en la estación de autobuses de Porth Autority, ubicada en el centro de la ciudad, y primer punto de llegada a la ciudad de la mayoría de inmigrantes.