La ministra de Educación e Investigación de Alemania, Bettina Stark-Watzinger, visitó Taiwán esta semana, convirtiéndose en el primer miembro del Gobierno federal alemán en viajar a la isla en los últimos 26 años, recoge Bloomberg.
Durante la visita se firmó un acuerdo bilateral sobre la cooperación en ciencia y tecnología, calificado por Stark-Watzinger como un ejemplo de «cooperación sobre la base de los valores democráticos, la transparencia, la apertura, la reciprocidad y la libertad científica». La ministra añadió que Taiwán es un socio importante de Berlín en ámbitos como los semiconductores, el hidrógeno verde y las tecnologías de almacenamiento de baterías.
Sin embargo, Stark-Watzinger no tuvo encuentros con representantes de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), considerado el mayor fabricante de semiconductores del mundo, y que, según reportes, está llevando a cabo negociaciones con proveedores clave para construir su primera planta europea en la ciudad alemana de Dresde.
Mientras tanto, el vocero del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin, señaló el martes que Pekín «se opone firmemente al acto escandaloso de la funcionaria alemana y ha realizado gestiones serias» ante Alemania porque «existe una sola China en el mundo y Taiwán es una parte inalienable del territorio chino». «El principio de ‘una sola China’ es una norma de las relaciones internacionales universalmente reconocida, un consenso imperante entre la comunidad internacional y la fundación política de las relaciones chino-alemanas», destacó.
Asimismo, Wang instó a Berlín a respetar el principio de ‘una sola China’ y dejar de interferir en los asuntos internos de Pekín. «Haremos lo que sea necesario para defender resueltamente la soberanía e integridad territorial de China», concluyó.