Primicias24.com Mientras la infraestructura energética es reparada tras un invierno marcado por los ataque rusos, las autoridades ucranianas piden a los usuarios limitar el consumo eléctrico en las horas pico y activan importaciones de emergencia de países vecinos para evitar más cortes de luz.
Aunque quizá los ucranianos hayan pasado ya lo peor, tras horas y días sin fin a oscuras en sus hogares en el punto álgido de los ataques con misiles, el sistema energético del país ha entrado en otra fase complicada.
Expertos y autoridades alertan de que la capacidad de generación de electricidad caerá en ocasiones durante los próximos meses por debajo de los niveles de la demanda.
Volodímir Kudrytskyi, el presidente de Ukrenergo, el operador de la red eléctrica ucraniana, declaró este lunes a la edición local de la revista «Forbes» que Ucrania perdió a consecuencia de los ataques entre el 40 y el 50 % de su capacidad de generación de electricidad.
Según datos de Ukrenergo, Rusia controla en estos momentos plantas energéticas con una capacidad total de 27 gigavatios, entre ellas la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa. Además, el 43 % de las infraestructuras de distribución de alto voltaje han sido dañadas.
Mientras comienzan las reparaciones periódicas de las plantas nucleares y las de algunas centrales dañadas, está previsto que la disparidad entre producción y consumo se mantenga en los próximos meses y según cálculos de «Forbes», en julio la brecha podría alcanzar entre un 7 y un 23 % del consumo, que actualmente se sitúa entre 13 y 14 gigavatios.
«Vamos a hacer todo lo posible para evitar cortes de luz para los consumidores, pero debido a las reparaciones y a la limitada capacidad de generación, este verano va a ser bastante complicado para nuestro sistema energético», afirmó Kudrytskyi.
La última semana se ha pedido a los ucranianos que eviten usar electrodomésticos de alto consumo entre las siete y las diez de la noche para equilibrar el suministro y la demanda en el sistema.
No obstante, el riesgo de que se produzcan interrupciones similares a las del inverno es bajo.
«No hay garantías de que, con el sistema todavía muy dañado, podamos evitar cortes de luz. Sin embargo, a no ser que otros ataques produzcan más daños, la probabilidad de un apagón generalizado o de cortes de luz masivos es mínima», dijo a Efe Volodymyr Omelchenko, del centro Razumkov de Kiev.
El experto subrayó que Ucrania ya importa electricidad de países europeos, en línea con las directrices que permiten transferir desde fuera del país hasta un gigavatio de electricidad.
Según el Ministerio de Energía, en los últimos días Ucrania ha importado pequeñas cantidades de Eslovaquia en las horas pico y el sábado solicitó durante una hora asistencia de Rumanía para poder estabilizar el sistema.
Según Kudrytskyi, también sería posible generar electricidad adicional a partir de gas si las importaciones no cubren la demanda, aunque es relativamente caro.
Omelchenko destacó que la situación es más complicada en las zonas del frente, atacadas a diario por Rusia, donde docenas de miles de consumidores están sin luz debido a los daños en la red eléctrica.
Las ayudas financieras y el suministro de equipos de parte de países como Polonia y Japón contribuyen entretanto a reparar los daños con la mayor rapidez posible y desde marzo de 2022 más de 1.600 toneladas de materiales de toda Europa han llegado a Ucrania.
La labor del centro logístico en Polonia que recoge ayuda humanitaria de todo el continente es muy importante, destacó el ministro de Energía, German Galushchenko, este sábado.
Omelchenko subrayó que Ucrania debería, sin embargo, depender de sus propios recursos en la medida de lo posible para prepararse para el próximo invierno, cuando Rusia podría lanzar otros ataques similares.
Agregó que un probable incremento de en torno al 100 % sobre las tarifas de la electricidad para la población, que está previsto que entre en vigor el próximo 1 de junio, será un primer paso necesario, pero que hacen falta más medidas para que el sistema energético sea sostenible desde un punto de vista financiero. EFE