Primicias24.com No sólo el sur de Europa vive una ola de calor sin precedentes. También en Austria las temperaturas están superando los 30 grados desde hace semanas, lo que ha motivado a Viena a lanzar una campaña para que locales comerciales ofrezcan a transeúntes y turistas agua del grifo de forma gratuita.
Bajo el lema «Tu sed no me da igual» («Dei Durscht is mir net wurscht», en dialecto vienés), el partido ecologista «Los Verdes» ha creado un mapa en línea con más de cien tiendas, librerías, cines, talleres de artesanía o centros de fisioterapia, que ayuda a mitigar los efectos del calor.
En junio pasado, cientos de empresas de Viena fueron invitadas a participar en esta campaña y más de cien ya han pegado en sus escaparates la pegatina con el logo de la iniciativa, que les identifica ante los transeúntes.
El llamado «Mapa Verde» incluye también las ubicaciones exactas de los cerca de 1.300 lugares públicos para llenar las botellas con agua potable.
Las subidas de temperaturas también se sienten en Viena, donde durante décadas apenas había días de calor extremo, mientras en los últimos diez años hubo de media unos 30 días por año con más de 30 grados celsius, el doble que en la década de 1990 y tres veces más que en la de 1980.
«Hacemos esto para ayudar a las personas, especialmente en la ola de calor que estamos viviendo. Mucha gente se olvida de beber agua y nosotros se la ofrecemos gratis», explicó a EFE el dueño de la librería Löwenherz, situada en el centro de Viena.
El proyecto, aparte de ser un buen servicio para la salud de los peatones y una contribución a la prevención de residuos, al evitar la compra excesiva de botellas de plástico con bebidas, es también una oportunidad de venta para los comerciantes.
«Nosotros pegamos la pegatina en la tienda y nos incluyen en el Mapa Verde como participantes en este proyecto, por lo que nos dan publicidad», cuenta a EFE un empleado de Edustore, una tienda de informática y ordenadores, situada a pocos metros del campus central de la Universidad de Viena.
En los meses del verano europeo, Viena suele estar repleta de turistas de todo el mundo y muchos agradecen esta iniciativa, asegura el empleado de la tienda.
«Cuando vi la pegatina en un local, entré, pedí agua y me la dieron en seguida, sin tener que pagar nada», cuenta Valentin, un turista belga.
El Mapa Verde y la campaña ayudan a ofrecer agua para «sobrevivir a este calor y ayuda a encontrar los puntos de agua en las calles», agrega.
El agua que abastece a los más de 2 millones de habitantes de Viena y sus alrededores nace a un centenar de kilómetros de distancia en los manantiales alpinos en los estados federados de Baja Austria y Estiria, a unos 2.000 metros de altura.
A finales del siglo XIX se construyó la primera de dos grandes canalizaciones de agua fresca para la capital del entonces Imperio Austro Húngaro.
Tras pasar unos estrictos controles, esta agua alpina de máxima calidad tarda unas 36 horas en recorrer el trayecto hasta Viena, desde sus orígenes en los Alpes.
La capital austríaca, que consume unos 400.000 metros cúbicos de agua por día, es la primera ciudad del mundo que ha colocado su agua bajo protección constitucional. EFE