Primicias24.com La Asamblea Nacional francesa rechazó este lunes debatir el proyecto de ley de inmigración del Gobierno, en una apretada votación que supone el primer gran golpe para el Ejecutivo desde la reelección de Emmanuel Macron en 2022.
Una moción de los ecologistas para rechazar el debate sobre el texto fue aprobada por 270 votos a favor y 265 en contra tras una intensa sesión en la cámara baja del Parlamento francés, que podría desencadenar una crisis política en el país.
La votación unió a toda la izquierda, la ultraderecha y buena parte de la derecha conservadora en contra del Gobierno, que ha intentado construir un texto que gustara un poco a casi todos pero al final no contentó a casi nadie.
La moción de rechazo permite devolver un texto sin discusión detallada en la Cámara y la iniciativa ecologista fue apoyada por el resto de formaciones de izquierda -La Francia Insumisa (LFI), socialistas y comunistas- y después por la ultraderecha de la Agrupación Nacional (RN).
Después, la dirección del conservador Los Republicanos (LR) -grupo que ha sido clave para un macronismo sin mayoría absoluta desde las legislativas de 2022- se sumó a esa moción, aunque algunos de sus diputados no siguieron la disciplina de partido, lo que auguraba una votación muy estrecha que al final se decantó a favor de la moción por solo cinco votos.
El hecho de que el proyecto de ley no fuera debatido impide a la primera ministra, Élisabeth Borne, aprobarlo sin votación en la Asamblea por el artículo 49.3 de la Constitución, como ya hizo con la discutida reforma de las pensiones.
A partir de ahora, el Gobierno puede optar por llevar a la Asamblea el texto que se había aprobado en el Senado, cuya versión es netamente más conservadora del propuesto por el Ejecutivo, u optar por una comisión paritaria de ambas cámaras, en la que seguiría habiendo una mayoría conservadora.
La tercera opción, la retirada del texto, supondría admitir un enorme fracaso político.
La izquierda reprochaba al Gobierno que el proyecto se centraba demasiado en la represión y poco en la integración, mientras que la ultraderecha opinaba todo lo contrario y alertaba de que se abriría la vía a una oleada migratoria.
Finalmente, el LR rechazaba de forma tajante el intento del Gobierno de ofrecer la regularización temporal a los trabajadores de sectores económicos «en tensión», esto es, que no encuentran mano de obra en el mercado.
El resultado de la votación es «una enorme desaprobación» al Gobierno, destacó la líder ultraderechista Marine Le Pen, en unas declaraciones a la prensa tras el pleno de la Asamblea.
Le Pen repitió la opinión de su partido acerca de que el proyecto legislativo iba a permitir «una oleada migratoria bajo la forma del reagrupamiento familiar».
El líder de LR, Éric Ciotti, pidió que el Gobierno se apoye en la versión del proyecto de ley aprobado por el Senado, donde la derecha tiene la mayoría, y que fue suavizado durante el debate del texto en comisiones antes de ir al pleno de la Cámara baja.
Para el fundador y líder de LFI en la sombra, Jean-Luc Mélenchon, «el macronismo ha terminado por exasperar a todas las oposiciones» con este texto.
Para la portavoz de LFI en la Asamblea, Mahtilde Panot, el resultado de la votación supone que «el macronismo entra en una crisis extremadamente profunda».
Un duro golpe para el ministro de Interior
Toda la oposición coincide en que el resultado de hoy es un golpe especialmente duro para el ministro del Interior, Gérald Darmanin, cuya dimisión ya se ha comenzado a pedir.
Darmanin, una figura fuerte del Ejecutivo de Macron que incluso suena como presidenciable para 2027, comenzó el debate parlamentario de hoy lanzando anzuelos tanto a la izquierda como a la derecha en busca de apoyo ante la falta de mayoría del Gobierno.
«Francia afronta una presión migratoria constante», por lo que «hace falta lograr compromisos», señaló.
Pero también dijo que «no hay política de inmigración sin una integración fuerte y exigente».
Darmanin deslizó otra píldora para la derecha y la ultraderecha, al decir que «la soberanía de un pueblo» consiste en «poder fijar sus propias reglas» y en poder controlar sus fronteras «como pide la policía».
Antes del pleno de la Asamblea Nacional, los principales sindicatos y el partido izquierdista La Francia Insumisa (LFI) protestaron contra el texto aprobado por el Senado, al considerarlo demasiado restrictivo.
La secretaria general del sindicato CGT, Sophie Binet, denunció que se debate «el proyecto de ley de la hipocresía», ya que «sectores enteros de la economía funcionan únicamente gracias a los trabajadores extranjeros, muchos de ellos indocumentados».
«El problema es que el proyecto de ley no responde a este problema», añadió. EFE