El expresidente de Estados Unidos y precandidato republicano Donald Trump (2017-2021) se desmarcó este miércoles de la decisión del Tribunal Supremo del estado de Arizona de prohibir el aborto en casi todos los casos y consideró que ha ido demasiado lejos.
Trump opinó ante la prensa que la gobernadora de Arizona, la demócrata Katie Hobbs, y otros van a devolver la situación a un «ámbito razonable».
«Eso se arreglará. Como saben se trata de los derechos de los estados», dijo a su llegada a Atlanta (Georgia) donde tiene previsto un acto de recaudación de fondos.
El Supremo de Arizona recuperó este martes una ley impugnada de 1864, que ilegaliza la interrupción voluntaria del embarazo excepto en aquellos casos en los que abortar salva la vida de la persona gestante.
La más alta instancia judicial de Arizona decretó penas de hasta cinco años de prisión por incumplimiento, después de que en 2022 el entonces gobernador republicano, Doug Ducey, firmara ya una ley que prohibía el procedimiento después de las 15 semanas de embarazo.
Arizona se unió así a las casi dos docenas de estados que han prohibido y restringido el acceso al aborto desde que el Tribunal Supremo del país tumbó en 2022 la sentencia ‘Roe contra Wade’, que protegía el aborto a nivel federal.
Esta misma semana, Trump opinó que la legalidad del aborto debería quedar en manos de cada estado y descartó impulsar una prohibición a nivel nacional en caso de volver a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre.
Trump reiteró el lunes su apoyo a excepciones que permitan el aborto en casos de violación, incesto o cuando esté en peligro la vida de la madre, y añadió que está de acuerdo con procedimientos como la fecundación in vitro.
Para la campaña del presidente, el demócrata Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, el exmandatario republicano es responsable del «caos» actual respecto a la interrupción del embarazo en Estados Unidos.