Primicias240vom.- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dejó claro este viernes en la Asamblea General de la ONU que no piensa aceptar un alto el fuego en ninguno de los frentes -ni en Gaza ni en Líbano-, pero tendió la mano a Arabia Saudí para un eventual acuerdo de paz y reconocimiento mutuo.
En un tono desafiante, Netanyahu dijo que no tenía intención de venir a la semana de Alto Nivel de la ONU pero decidió hacerlo «tras escuchar todas las mentiras y calumnias dirigidas contra mi país desde este mismo podio, para dejar las cosas claras», en referencia a todos los llamamientos que decenas de países han hecho estos días para que declare un alto el fuego.
Ni siquiera mencionó las palabras ‘tregua’ o ‘alto el fuego’, pero dejó claro que en lo referente a Gaza, «no vamos a descansar hasta traer a los rehenes restantes a casa».
Netanyahu, que habló durante 35 minutos, trajo consigo desde Israel a familiares de los rehenes que estuvieron o están en manos de Hamás desde el 7 de octubre, que lo recibieron con una larga ovación desde la tribuna de invitados al entrar en la sala y lo aplaudieron en numerosas ocasiones.
Gran parte de su discurso lo dedicó a alertar sobre la amenaza que Irán supone para su país y para el mundo, y aportó -de modo parecido a lo que hizo el año pasado- un ‘mapa maldito’ donde Irán y sus aliados Siria, Yemen y Líbano traen la guerra a una región y frustran así lo que podría ser un ‘mapa bendito’ en el que un mundo árabe en paz con Israel sería el puente perfecto entre Europa y Asia.
Alzando la voz en numerosas ocasiones, aseguró: «Tengo un mensaje para los tiranos de Teherán: si nos atacan, les atacaremos. No hay lugar en Irán que el largo brazo de Israel no pueda alcanzar, y eso vale para todo Oriente Medio».
Israel no se conforma con ser «el carnero que va al sacrificio». Los soldados de Israel han devuelto el golpe con increíble valor y un sacrificio heroíco», sentenció.
«Y tengo otro mensaje para la Asamblea y el mundo fuera de aquí: Estamos ganando», exclamó.
Aunque se refirió a los atentados terroristas de Hamás, no mencionó a los palestinos como pueblo ni como Autoridad Palestina en ningún momento, y en su lugar quiso lanzar un mensaje conciliador hacia Arabia Saudí, a la que invitó a sumarse a un acuerdo de paz mutuo que traería supuestamente una era de prosperidad a la región.
«Qué bendiciones podría traer la paz con Arabia Saudí», afirmó, y detalló que los frutos de ese acuerdo se reflejarían de inmediato en la economía, la seguridad, el turismo, la agricultura, el agua y hasta la Inteligencia Artificial: «Una paz así sería un jalón histórico, traería la reconciliación entre árabes e Israel, el islam y el judaísmo, La Meca y Jerusalén».