Primicias24.- En un reciente investigación se analizaron las muestras de sangre, de heces, y los historiales médicos de 100 pacientes ingresados con COVID-19 y de 78 personas sin la enfermedad.
Los resultados han demostrado que la composición de la flora intestinal es muy diferente entre los pacientes y las personas sanas, independientemente de los tratamientos con fármacos que hayan recibido.
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Explica el estudio que los pacientes con COVID-19 presentaron un mayor número de bacterias nocivas en el intestino, como Ruminococcus gnavus, Ruminococcus torques y Bacteroides dorei, y menos especies consideradas como buenas, como Bifidobacterium adolescentis, Faecalibacterium prausnitzii y Eubacterium rectale, que pueden influir en la respuesta del sistema inmunitario frente a la infección con el virus SARS-CoV-2.
En las muestras de sangre se observó un desequilibrio microbiano, que se ha relacionado con niveles altos de citoquinas inflamatorias y marcadores sanguíneos de daño tisular –el que se produce en la piel–, como la proteína C reactiva y ciertas enzimas. Todo ello significaría que la composición de la microbiota influye en el sistema inmune cuando el virus se introduce en el organismo y puede afectar potencialmente a la gravedad y a las consecuencias de la enfermedad.