Primicias24.- Las vacunas de ARNm son un nuevo tipo de vacunas que protegen contra enfermedades infecciosas. Para despertar la respuesta inmunitaria, el sistema de muchas vacunas consiste en inyectar el germen atenuado o inactivado en nuestros organismos.
No es el caso de las vacunas de ARNm. En lugar de ello, estas vacunas enseñan a nuestras células a producir una proteína, o incluso una porción de una proteína, que desencadena una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo.
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Esa respuesta inmunitaria, que produce anticuerpos, es la que nos protege de infecciones si el virus real ingresa a nuestros organismos.
Cómo actúan
Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 les dan instrucciones a nuestras células para que produzcan una porción inocua de lo que se conoce como «proteína Spike». La proteína Spike está presente en la superficie del virus que causa el COVID-19.
Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 se aplican en el músculo del brazo. Una vez que las instrucciones (ARNm) se encuentran dentro de las células inmunitarias, las células las usan para producir una porción de la proteína. Una vez que nuestro organismo creó esa porción de proteína, la célula descompone las instrucciones para deshacerse de ellas.
A partir de allí la célula muestra la porción de la proteína creada sobre su superficie. Nuestro sistema inmunitario reconoce que la proteína es un cuerpo extraño y comienza a generar una respuesta inmunitaria y producir anticuerpos, como sucede cuando se produce una infección natural contra el COVID-19.
Ventajas, desventajas y diferencias con las vacunas tradicionales
La mayoría de las vacunas tradicionales se basan en cuatro sistemas para generar antígenos en el organismo y que estos estimulen al sistema inmunológico para producir anticuerpos específicamente dirigidos contra ellos, y crear una memoria que reconozca al patógeno concreto si vuelve a enfrentarse a él:
Vacunas vivas: que usan una forma debilitada del patógeno que provoca la enfermedad (como la triple vírica contra el sarampión, las paperas y la rubeola).
Vacunas inactivadas: que contienen virus o bacterias previamente inactivados (como la vacuna contra la hepatitis A).
Vacunas que contienen toxoides: con toxinas producidas por los microorganismos cuyo poder patógeno se elimina antes de ser inoculadas, como la del tétano.
Vacunas que contienen fragmentos específicos de un virus o bacteria: como las conjugadas frente al neumococo.