Primicias24.- Joy Henningsen, radióloga en Alabam, ha escrito un artículo contando su experiencia: “Mi hospital recibió las dosis en el primer envío nacional y todos los trabajadores sanitarios de mi hospital que mostraron interés a través de una encuesta recibieron la vacuna, entre las que fui incluida”.
Así lo vivió ella tras la segunda dosis
“Sin reacción inmediata”, comienza a relatar. “Me sentí bien hasta seis horas después, cuando comencé a sentir una sensación de malestar”, cuenta, y añade: “Pronto siguieron dolores musculares leves, así como dolor en el lugar de la inyección similar a la vacuna contra el tétanos”.
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Al primer día, notó “fiebre, escalofríos e insomnio”. “Hubo una mejora en la fiebre y los escalofríos, pero, cuando me desperté, los dolores musculares persistieron y apareció también el de cabeza”, síntomas que persistieron durante toda la jornada.
“Me desperté sudado, probablemente por escalofríos y sudores nocturnos leves. Me subí a la báscula y vi que había perdido alrededor de 1,8 kilos desde que me pesé la mañana de la inyección el 7 de enero”, explica ya en el segundo día.Y finalmente, 48 horas después, todo se pasó: “Me sentí totalmente normal”.
Normalidad a los tres días y con síntomas leves
“Me sentí bien todo el día. Hice ejercicio por la mañana y la mayor parte del peso volvió cuando aumenté mi ingesta de agua”, escribe ya sobre el tercer día. Por tanto, a modo de conclusión, sentencia: “En general, todos mis síntomas fueron leves y un precio muy bajo a pagar por la protección contra COVID-19. Creo que la incomodidad temporal no debería ser un impedimento para recibir la vacuna”.
“Sé que estos síntomas son una señal de un sistema inmunitario robusto y que mi cuerpo se está preparando para combatir el coronavirus, exactamente lo que se supone que debe hacer”, finaliza.