Primicias24.com- La madrugada del 3 de febrero de 1989, un grupo de integrantes de las Fuerzas Armadas de Paraguay, dirigidas por el general Andrés Rodríguez, se alzó en contra del entonces presidente, Alfredo Stroessner, quien estuvo al mando del país, para muchos, “de manera autoritaria”, desde el 15 de agosto de 1954. El político tenía 76 años al momento de la revuelta.
Su derrocamiento significó el fin de un mandato de casi treinta y cinco años; el más largo período en que una sola persona estuvo a cargo de la jefatura de Estado y Gobierno de un país sudamericano, en modo continuo, y el segundo de América Latina, después del de Fidel Castro
Desde 1980, el equipo político encabezado por Stroessner, comenzó a perder popularidad, debido a la crisis económica que experimentaba el país; sumado a las manifestaciones frecuentes por parte de diversos sectores de la ciudadanía; a la presión de la oposición y de militantes de su propio partido (Partido Colorado); de la Iglesia Católica y de algunos Estados vecinos.
La relación entre el Estado Paraguayo y Iglesia Católica, que tenía mucha influencia para entonces, estaban en tensión, debido a diversas torturas, desapariciones, asesinatos y altercados, entre bandos políticos. La situación fue “suavizada”, más adelante, tras la visita del Papa Juan Pablo II en el año 1988.
Ese mismo año, surgió la posibilidad de que el hijo mayor de Stroessner, el Cnel. Gustavo Stroessner, sustituyera a su padre luego del período presidencial 1983-1988, algo que la mayoría de los altos mandos militares y dirigentes rechazaron rotundamente. Sin embargo, el mismo Alfredo Stroessner se volvió a postular para el periodo presidencial 1988-1993, a pesar de su avanzada edad y su inestable estado de salud, lo que generó aún más conflictos.
Momento del derrocamiento
Los militares de alto rango que favorecían a Stroessner, tenían previsto que el golpe se gestara alrededor de las 3 de la madrugada del 3 de febrero de 1989; sin embargo, ya se había gestado horas antes, alrededor de las 21 horas del 2 de febrero, junto con la toma de varias unidades militares, en complicidad de las fuerzas sublevadas.
Nunca se emitió una cifra oficial por parte del Estado paraguayo, con relación a los heridos y muertos durante el golpe, pero, se cree que el número ascendió a centenas de heridos y fallecidos, entre ellos, policías, militares y civiles.
Stroessner, tras de huir de un primer ataque de las tropas rebeldes, en la noche del 2 de febrero, se había refugiado en el edificio del Comando en Jefe, donde los soldados del Batallón Escolta Presidencial lo custodiaban. Finalmente se rindió, cerca de las 4:00 de la madrugada del 3 de febrero de 1989. De allí fue trasladado a la sede la Caballería, en Campo Grande, donde fue alojado en la residencia del general Andrés Rodríguez, en compañía de sus familiares.
El 5 de febrero de 1989, fue enviado a un “exilio dorado”, acompañado de unos 30 familiares y asesores, en un vuelo especial al aeropuerto de Viracopos, ciudad de Campinas, al norte de Sao Paulo.
Pasó sus últimos días en Brasilia, Brasil, donde falleció en agosto de 2006, 17 años después de su derrocamiento, a la avanzada edad de 93 años.