En 1875 el Gobierno de Antonio Guzmán Blanco le otorgó una beca para realizar estudios tanto en París como en Roma
Primicias24.com- El 26 de junio de 1914 falleció Antonio Herrera Toro, uno de los cuatro grandes pintores clásicos de Venezuela del siglo XIX y comienzos del XX, junto a Martín Tovar y Tovar, Cristóbal Rojas y Arturo Michelena.
Sus padres fueron Juan José Herrera y Teresa Toro. Sus primeros estudios los realizó en Caracas en el colegio La Viñeta del sabio alemán Adolfo Ernst y en 1869 entró a la Academia de Bellas Artes, institución donde recibe clases de Martín Tovar y Tovar y José Manuel Maucó.
En 1875 el Gobierno de Antonio Guzmán Blanco le otorgó una beca para realizar estudios tanto en París como en Roma luego de ver el talento que tenía.
A mediados de 1879 regresa a Caracas e instala un taller en la esquina de Coliseo, pero ante un encargo del arzobispo de Caracas José Antonio Ponte, decide volver a Roma.
En 1881 retorna a Caracas con los bocetos de La Asunción de la Virgen con la colaboración de Cristóbal Rojas como ayudante.
En 1883 pinta Los últimos momentos del Libertador, la obra fue presentada en la Exposición Nacional con motivo del centenario del nacimiento de Simón Bolívar.
Posteriormente, viaja al Perú donde se dirige para tomar apuntes para 2 cuadros que el gobierno de ese país encomendó a Tovar y Tovar y que fueron finalmente ejecutados por el mismo Herrera a partir de los trabajos iniciales de Tovar: las batallas de Junín y Ayacucho.
En paralelo a su oficio como pintor, comienza a ejercer labores periodísticas, utilizando el seudónimo de Santoro para firmar algunos de sus escritos, ejerciendo también funciones públicas.
Fue colaborador de El Cojo Ilustrado y fundador del periódico El Granuja. Además de director de la Imprenta Nacional.
En 1908 fue nombrado director de la Academia Nacional de Bellas Artes tras la muerte de Emilio Mauri. A un año de su gestión tuvo que enfrentar, el descontento de un grupo numeroso de alumnos que reclamaban cambios en la orientación de los estudios de artes plásticas.
En 1911, junto con Pedro Arismendi Brito, redactó el reglamento del Instituto Nacional de Bellas Artes, que comprendía una sección de pintura y escultura y otra de música y declamación. Ese mismo año presentó su renuncia como director, la cual no le fue aceptada.
Entre sus obras más reconocidas destacan: Martín Tovar y Tovar (1878), Autorretrato (1880), La Romana (1880), Asunción de la Virgen (1881), La muerte de Libertador (1883), La caridad (1886), La muerte de Ricaurte en San Mateo (1889), Retrato de Mujer (1889), Retrato del Presidente Raimundo Andueza Palacio (1890), Autorretrato de pie (1895), Don Arístides Rojas (1895), Retrato del licenciado Miguel José Sanz (1896), Retrato de Fermín Toro (1897), Retrato del Presidente Cipriano Castro (1902), La batalla de Ayacucho (1890), La batalla de Junín (1904), Margarita Poleo de Chataing (1907).