Pedro Luis Martín Olivares – Mucha gente que no conoce los mercados cree que un activo tiene un valor por sí mismo. El 2017 fue el año en que la criptomoneda se lanzó al estrellato; como suele ocurrir cuando algo se pone de moda, surgen fanáticos y también detractores.
El bitcoin, la criptomoneda más emblemática de las existentes, fue noticia el miércoles pasado al descender debajo de los 10,000 dólares; en valores intradía tocó 9.222 dólares para negociar nuevamente arriba de los 10.000.
Al acceder a los mercados de futuro de Chicago, el bitcoin aceptó las reglas del juego: si el mercado es para arriba -como venía siendo en el 2017-, los especuladores potenciarán el movimiento más allá de lo que uno considere racional, dándole la razón a los fanáticos de la nueva tecnología del blockchain; pero si ocurre lo inverso, la caída no encuentra rápido soporte o piso y los especuladores pueden transformarse en su peor enemigo apostando masivamente en contra del bitcoin.
Por ahora la caída en términos aritméticos del bitcoin ha recortado el 50% del avance desde los 151 dólares a los 19.666 dólares que se encuentra en los 9.908 puntos, límite aritmético para una onda 4; el 62% se encuentra en los 7.500 puntos. Esta zona se vuelve muy importante para contener la caída e intentar nuevamente subirse a la tendencia alcista abandonada en diciembre en los 19.666.
Debajo de estos niveles el panorama se complicará y los detractores encontrarán el caldo de cultivo para hacer del mismo modo que fuera exponencial la subida. Así será la caída, en términos semilogarítmicos serían niveles de 3.000 dólares y de 1.000 dólares, sin sorprender una exageración que lo lleve nuevamente a tres dígitos de cotización.
El 2018 promete volatilidad en el bitcoin. Esta caída debe ser contenida por los 9.900-7.500 puntos (el miércoles vimos 9.922 y rebotó) para no producir un espiral negativo en la criptomoneda. Si lo consigue y se sube cómodamente a los 15.000-16.000 puntos, los especuladores potenciarán el bitcoin arriba de los 20.000 y volverá la felicidad a los bitcoineros; si ceden los soportes de 9.000 y 7.500, la preocupación actual puede transformarse en pánico, como ocurrió alguna vez en la mayoría de los mercados financieros en los más de 300 años de historia.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas