La medida de expulsión fue anunciada el jueves y obedeció a la “injerencia” de España en asuntos internos, según un comunicado de la cancillería venezolana en el que se recriminaron “las continuas agresiones” del Gobierno de Mariano Rajoy contra el país.

El diplomático se despidió el viernes de los trabajadores de la embajada en una reunión privada en la que catalogó de “insólita” su expulsión.

“Yo creo que es una torpeza que hayan tomado una decisión tan insólita (…) no hay precedentes en la historia de la diplomacia española sobre la expulsión de un embajador», afirmó.

El Gobierno español respondió con “reciprocidad” a Caracas y anunció el viernes la declaración de “persona no grata” al embajador de Venezuela en Madrid, Mario Isea, y la invitación a abandonar el país en un plazo de 72 horas.

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