Primicias24.- Algunos aparatos con los que convivimos de forma cotidiana, como frigoríficos, electrodomésticos, equipos de ventilación o coches, emiten este tipo de sonidos, denominados infrasonidos o ruidos negros.
Los infrasonidos pueden alcanzar largas distancias atravesando obstáculos sólidos. Pueden ser oídos por algunos animales con el oído adaptado a percibir frecuencias distintas a las del humano. Por ejemplo, los elefantes pueden oír 15 Hz a 2 km de distancia, también tigres y ballenas usarían infrasonidos para comunicarse.
La exposición a altas intensidades de infrasonidos o “ruidos negros” puede provocar desorientación, ansiedad, fatiga, pánico, alteraciones cardíacas, espasmos intestinales, náuseas, vómitos, ilusiones ópticas e incluso pérdida de conocimiento.
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Los investigadores de la Escuela Politécnica Superior, David Baeza y Roberto Alonso González-Lezcano señalan que “los efectos adversos y el miedo generado en torno a esta banda de frecuencia infrasónica se deben a que está íntimamente ligada a la funcionalidad de los órganos internos del cuerpo humano”.
Cómo reducir los «ruidos negros»
Proponen que se tenga en cuenta el espacio en el que se ubicarán los equipos de ventilación, grupos de presión e instalaciones generales en establecimientos de restauración, así como en los cuartos de instalaciones y ventilación de locales comerciales en las plantas bajas de edificios.
Además, sugieren a las administraciones que planteen “distancias mínimas de carreteras con amplio tráfico de coches y camiones hasta donde se vayan a construir nuevas viviendas”.