Primicias24.com- La censura ideológica que resulta en una imposición ideológica, está a la orden del día por parte de las grandes corporaciones tecnológicas, sanitarias y las multilaterales que esconden intereses privados. Abuso de posición de dominio basándose en su poder monopólico y posibilidad real de cartelizar ,entubar las informaciones, noticias, opiniones e imágenes que circulan en el mundo.
Violación masiva de la libertad de expresión, pensamiento, opinión, comunicación y cercenamiento de los valores culturales, libertades y diversidad de puntos de vista como piedras angulares de una sociedad libre y tolerante, democráticamente disidente.
Desde allí utilizando a las redes sociales como autopistas más rápidas en tiempo real e instantáneas, monopolizan la edición del futuro, con su agenda setting global, que censura, oculta, vigila, invisibiliza a unos, mientras destaca, señala, muestra a otros, produciendo una nueva realidad que se nos impone como «nueva normalidad». Refeudalización económica social, visión ideológica «progresista científica técnica», que trae a la superstición como arte de gobernar (Agamben).
Convirtiendo a la «ciencia en la religión de nuestro tiempo. La analogía con la religión debe tomarse al pie de la letra: los teólogos declararon que no podían definir claramente lo que es Dios, pero en su nombre dictaron reglas de conducta a los hombres y no dudaron en quemar a los herejes; los virólogos admiten que no saben exactamente que es un virus, pero en su nombre afirman, decidir como deben vivir los seres humanos» (Agamben)
Implantan nuevamente el «viejo santo oficio», congregación de la doctrina de la fe, santa inquisición: hoy la ciencia como religión y la religión de la ciencia y desde allí desde esa autoridad «autoproclamada» pseudo científica, pseudo moral, con su discurso único desde la GAFATM (Google Apple, Facebbok, Amazon Twitter y Microsoft) y la OMS censuran cualquier información alternativa (por eso Chávez no fue transmitido como Trump tampoco), o cualquier cura alternativa al COVID19 (Sputnik V o desarrollada por el IVIC tampoco).
Ya lo decía Lacan en su seminario «El reverso del psicoanalisis » cuando exponía lo referido al discurso del Amo. Así como los bancos, los plutócratas colocan a los esclavos modernos (técnicos y expertos) a producir saber, fabricar y crear tecnologías apropiándoselas, hoy los nuevos Amos (Foro Económico mundial DAVOS, OMS, ONU, GAFATM, Black Rock, Vanguard, especialmente las petroleras y energéticas, incluyendo el Vaticano) piensan por los nuevos esclavos (pobladores simples), dictaminando lo que es verdad, correcto o incorrecto, censurando lo que no les conviene a sus intereses: pura superstición, sin rigurosidad epistemológica cierta.
No es ciencia, es el Amo (capocracia) tapando su falta, su no saber, con la verdad como superstición.
Visibilizan el discurso supersticioso que les interesa: agendas del cambio climático, energías limpias, sobrepoblación, seguridad global, entre otros, desatando campañas contra quienes se les oponen a sus objetivos. Actualmente la emprenden contra el petróleo propiedad de los Estados Nación, en una supuesta buena intención de proteger a la humanidad de los efectos ambientales perversos de la era del carbono, escondiendo su interés por monopolizar estas fuentes de energía, posicionando su agenda 2030 en la opinión pública global, pretendiendo imponerla y con ello cortar cualquier posibilidad de desarrollo y soberanía para los pueblos. Una monstruosidad de acumulación de poderes económicos, religiosos, científicos y políticos , simulando neutralidad humanitaria y ambientalista (Club de Roma y afines).
Restringen la libertad de expresión y comunicación, todo en favor de sus intereses de control, vigilancia capitalizada y despotismo: nuevo «leviathán tecnológico», el amo como discurso de expertos, usurpando la legitimidad que debe descansar en la ciudadanía.
Usan además la censura como trampolín de las restricciones a la libertad de expresión, socavando y silenciando a la disidencia según los intereses privados de estas corporaciones y grupos de poder, abandonando la noción de que son plataformas de libre expresión y asumiendo que su misión es mantener a los usuarios «seguros», lo que hacen aplicando «reglas» y normas comunitarias cuando y como lo desean: diccionario totalitario (Eco).
Es la imposición de la gobernanza global, del gobierno plutocrático autoproclamado: operación de destrucción de las soberanías locales nacionales, por una soberanía común global (commonwealth), fin de los Estados Nación, redibujando hasta los mapas. Operación ilegítima que no emana de los pueblos, sino de un ámbito de representación abstracto: multilaterales y corporaciones que se creen dueños de las tecnologías y la ciencia, sustituyendo la voluntad soberana de los pueblos, cuyo plan incluye el ataque a lo humano, eugenesia y exterminio incluidos.
Estos capos corporativos (capocracia) ciegos, sordos y aberrantes, llenos de pánico por perder sus privilegios, se hunden en su letrina de crímenes, censura y llama a la disidencia de ideas «cuerpo extraño que debe extirparse, enemigo, criminal» e incluso opera para extirparlo (Arendt). Es la paranoia del otro radical, ya sin ningún tipo de legitimidad y legalidad, haciéndose pura dominación, coacción brutal, sustituyendo el diálogo y la participación política de las mayorías democráticas, por la fuerza.
Frente a esta nueva dictadura tecnocrática (totalitarismo) debemos los pueblos estar alertas: que no nos subsuman fuentes externas de juridicidad, no nos dejemos tutelar o aplicar otra forma de control desde las multilaterales y corporaciones, que tratan de amarrarnos a Constituciones híbridas globalizadas.
Oponernos con creatividad frente a esta increíble adversidad para seguir impulsando nuestras ideas, nuestros derechos. Porque ningún ejército puede detener una idea cuyo momento ha llegado. Y la Libertad es esa idea. (R. Paul)
Debemos avanzar con creatividad y confianza, los medios de comunicación social alternativos, pro-libertad de expresión, que están siendo atacados por el Leviatán del Gigante Tecnológico (gobernanza) y la nueva hegemonía de las corporaciones sin legitimidad real popular, quienes basándose en la seguridad como bien común, tratan de implantar «su» monopolio de la verdad, usurpando la Soberanía y legitimidad, deben unirse y confrontarlos pues no son invencibles. Debemos luchar y vencer frente a este nuevo desafío y encrucijada en la que se encuentra la humanidad por su supervivencia.
!La humanidad vencerá!
MARIA ALEJANDRA DIAZ MARIN