El riesgo de la transmisión por aerosol se debe a que hay partículas microscópicas con el virus que una persona infectada libera al toser
Primicias24.com- Cada vez son más los estudios que demuestran la posible propagación del COVID-19 por pequeñas partículas suspendidas en el aire y un ejemplo de ello fue la carta abierta que dirigió un equipo conformado por 200 científicos en la OMS en la que le solicitaban prestar más atención a esta teoría.
“Queríamos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconociera la evidencia”, dijo José Jiménez, un farmacéutico de la Universidad de Colorado que firmó el documento.
“Definitivamente este no es un ataque contra la OMS. Es un debate científico, pero sentimos que era necesario hacerlo público porque rehusaban escuchar la evidencia después de muchas conversaciones que tuvimos con ellos”, agregó.
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Al respecto, Benedetta Allegranzi, directora técnica para infecciones, prevención y control de la OMS, atendió a la evidencia sobre la transmisión aérea en “los escenarios aglomerados, cerrados y poco ventilados” y comunicó que efectivamente no será descartada.
El riesgo de la transmisión por aerosol se debe a que hay partículas microscópicas con el virus que una persona infectada libera al toser, estornudar, hablar o respirar.
Pero a diferencia de las gotículas, este tipo de partículas más pequeñas pueden quedar suspendidas en el aire, no solo caer y depositarse en alguna superficie.
“Continuarán flotando y seguirán las corrientes de aire en una habitación”, explica Kimberly Prather, una química atmosférica del Instituto de Oceanografía Scripps que también firmó la carta para la OMS.
De acuerdo con los expertos, tanto riesgo se puede atribuir a este tipo de transmisión, además del tiempo que permanece el virus en el aire y qué tan lejos puede viajar.
Ante este nuevo escenario, la OMS confirma que estudiaran la evidencia presentada y evaluarán nuevos consejos para prevenir la propagación; no obstante, tendrán que cambiar y podrían llevar al uso generalizado de máscaras, con un distanciamiento más riguroso, especialmente en bares, restaurantes y transporte público.