Primicias24.com.- Hasta el momento Cuba está desarrollando dos vacunas contra el COVID-19, las cuales ya se encuentran en ensayos clínicos, mientras varias naciones latinoamericanas prueban dosis experimentales en el mundo y los de mayor economía regional, como Brasil y México, compiten por acuerdos de suministro con las principales farmacéuticas.
Si La Habana tiene éxito, podría convertirse en un importante proveedor para países vecinos que de otro modo podrían tener dificultades para acceder al suministro de vacunas, ya que naciones occidentales ricas se apresuran a asegurar las dosis, dijeron expertos regionales.
“El aporte de Cuba con su vacuna podría ser muy importante para ciertos grupos vulnerables de nuestra región” como los ancianos o comunidades indígenas remotas, dijo a Reuters el doctor José Moya, representante en Cuba de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Si una vacuna cubana resulta segura y eficaz, estará disponible para su compra en la región a través de la OPS, la oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, agregó Moya.
Resaltando que COVAX, un programa codirigido por la OMS y la Coalición para la Innovación en la Preparación contra Epidemias (CEPI) para garantizar la distribución mundial de vacunas, estaba siguiendo el progreso de las vacunas en Cuba.
Sin embargo, un portavoz de CEPI reveló que las dos candidatos vacunales de Cuba, conocidos como Soberana 01 y Soberana 02 no se encuentran entre las nueve que COVAX eligió para su cartera hasta la fecha,
Las vacunas se consideran cruciales para poner fin a una pandemia que desde diciembre hasta la fecha cobró la vida de más de 1,2 millones de personas, y a su vez, perjudicó la economía mundial.
Había 47 vacunas contra el coronavirus en ensayos clínicos aprobados por la OMS hasta el 3 de noviembre, un grupo en las pruebas más avanzadas.
Cuba lleva mucho tiempo exportando vacunas al mundo en desarrollo, incluidas las vacunas contra la meningitis y la hepatitis B, aunque los datos sobre ventas recientes no son públicos.
El fallecido líder revolucionario Fidel Castro respaldó el sector biotecnológico local en la década de 1980, en parte para que Cuba pudiera volverse más independiente frente al embargo comercial de Estados Unidos. Desde entonces se convirtió en una parte importante de la economía local.
El programa de vacunas de Cuba atrajó el interés de su aliado Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, dijo en agosto que el bloque del ALBA, de ocho países de izquierda de América Latina y el Caribe, lo respaldaba.
Otras naciones latinoamericanas están priorizando acuerdos con los principales fabricantes de medicamentos y considerando vacunas en pruebas avanzadas de China y Rusia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de México expresó a Reuters en agosto que planeaba acercarse a Cuba sobre su vacuna. Hasta el mes pasado, el Ministerio informó que esas conversaciones no habían avanzado.
Los CDC de África con sede en Addis Abeba dijeron que Cuba tiene una buena reputación científica y señalaron el interés potencial una vez que los datos sobre sus vacunas estén disponibles.
Cuba favorecerá las exportaciones a países con los que tiene acuerdos de salud vigentes, tras asegurarse de que tiene suficiente para sus propias necesidades, precisó un funcionario de salud a la revista MEDICC Review.
“Estamos haciendo un gran esfuerzo para poder empezar a vacunar a toda la población cubana en el primer semestre del próximo año”, dijo Vicente Vérez, director del Instituto Finlay, principal centro de investigación de vacunas de Cuba, durante una visita al centro el mes pasado del presidente Miguel Díaz-Canel.
Elogiados como héroes
Los científicos son aclamados como héroes en Cuba, un prestigio que ayuda a limitar la fuga de cerebros a pesar de bajos salarios y difíciles condiciones, mientras se enfrentan a las sanciones de Estados Unidos que obstaculizan la colaboración internacional y la compra de suministros.
Cuba produce 8 de las 12 vacunas en su programa nacional de inmunización y exportó cientos de millones de vacunas a más de 40 países, según el presidente de la corporación estatal BioCubaFarma, Eduardo Martínez.
Los programas Soberana 01 y Soberana 02 se están probando en cientos y decenas de personas, respectivamente. Funcionarios todavía no dicen cuándo esperan comenzar los ensayos fundamentales con miles de voluntarios.
Soberana 01 generó anticuerpos que bloquean la infección en ratas y conejos, y hasta demostró ser segura en ensayos en humanos de etapa intermedia.
Cuba dijo la semana pasada que espera tener dos vacunas COVID-19 más experimentales en ensayos clínicos para fin de año, incluida una administrada por la nariz para inmunizar las membranas mucosas, un punto de entrada clave para el virus.
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Las expectativas de Cuba pueden verse como un reto cuando los investigadores estén listos para lanzar ensayos en etapa tardía. Las vacunas se prueban más fácilmente en lugares con una propagación desenfrenada del virus, pero la tasa de transmisión de Cuba es muy baja, con casi 500 casos activos confirmados.
Las tensiones políticas con vecinos como Brasil pueden dificultar que los investigadores cubanos encuentren sitios de prueba en el extranjero.
Funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores en Argentina y México, que están realizando ensayos en etapa tardía para varias vacunas, dijeron que no estaban al tanto de conversaciones con Cuba.
“Cuba, con problemas de liquidez, también puede tener dificultades para comprar materias primas para la producción de vacunas a gran escala, por lo que podría depender de otros países para manejar la fabricación”, dijo José Luis Di Fabio, excoordinador de vacunas de la OPS y representante de Cuba.