Primicias24.com El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este viernes un programa por el que el Gobierno otorgará una ayuda de hasta 9.200 reales (1.880 dólares) a los estudiantes pobres que cursen los tres años de secundaria, para incentivarles a terminar su formación.
En una ceremonia, Lula dijo que esta inversión en educación evitará que muchos jóvenes acaben en el crimen organizado, con lo que redundará en una reducción en la inversión en prisiones.
«Lo que estamos intentando hacer es evitar que ese dinero que ahora estamos destinando a la educación en un futuro tengamos que invertirlo en prisiones para recuperar a jóvenes que no tuvieron oportunidades y que cayeron en el crimen», afirmó el líder progresista.
Según el jefe de Estado, la beca beneficiará a cerca de 2,5 millones de jóvenes de entre 15 y 17 años que, por falta de oportunidades, «caen en las drogas y se convierten en zombis en las calles que van andando sin ningún respeto a la sociedad y sin perspectiva».
El programa prevé la apertura de una cuenta de ahorros para los estudiantes pobres en la que el Gobierno depositará inicialmente 200 reales (unos 40,8 dólares) cuando el joven se matricule en cada uno de los tres años de la secundaria.
Cada año, el beneficiado recibirá otras nueve cuotas de 200 reales siempre que demuestre una asistencia al 80 % de las clases, y al final del ciclo recibirá 1.000 reales (unos 204 dólares) por la conclusión de sus estudios y otros 200 reales en caso de que realice el examen de ingreso a la universidad.
Los ahorros se podrán retirar solo cuando el estudiante concluya cada año de secundaria y siempre que cumpla con todas las exigencias.
El objetivo del Gobierno es incentivar a los jóvenes a que sigan en la escuela y a que realicen el examen que les puede abrir las puertas de la universidad.
Según los datos sobre evasión escolar del Ministerio de Educación, de cada 100 alumnos que se matriculan en el primer año de secundaria, 9 abandonan la escuela antes de concluirlo.
Ello significa que en Brasil hay cerca de 480.000 jóvenes en edad de estudiar secundaria que abandonaron la escuela, en gran parte debido a que necesitan trabajar para ayudar en el sustento de sus familias.