Pedro Luis Martín Olivares – ¿Pagarías dinero por una moneda virtual con la cara de un perro japonés que se hizo viral hace algunos años? ¿Y si te decimos que dicha divisa ha llegado a alcanzar una capitalización de mercado de 2.000 millones de dólares? Esto es lo que le ha ocurrido a dogecoin, una criptomoneda que, a principios de enero, aumentó su valor hasta dicha cantidad y ahora se sitúa en los 900 millones de dólares.
¿Pero cómo empezó todo? Los aficionados a los memes sabrán que la moneda tiene como símbolo la cara de uno muy famoso en Internet. En 2010, un profesor nipón de jardín de infancia, Atsuko Sato, subió varias fotos de un perro de raza Shiba Inu que había adoptado. En las mismas podía verse al can sentado en su sofá.
Una de las instantáneas del animal con un curioso gesto comenzó a hacerse popular durante 2012 en ese hervidero para los memes llamado Reddit y su comunidad hizo el resto.
Se crearon hilos, juegos y hasta un blog específico. El fenómeno doge o shiba ya era imparable. En 2013, dos amigos decidieron aliarse para lanzar una criptomoneda que se burlara de todo el auge que estaba comenzando en aquel momento respecto a estas divisas digitales.
Billy Markus, antiguo ingeniero de IBM, y Jackson Palmer, trabajador del departamento de marketing de Adobe Systems en Sydney (Australia), decidieron utilizar la cara del popular doge como seña de identidad para su criptomoneda. En diciembre de 2013, dogecoin había nacido. Su valor, situado en 0.00026 dólares en su concepción, sólo tardó dos semanas en elevarse más de un 300%.
Los creadores de dogecoin solo querían mostrar lo absurdo de este tipo de herramientas, y ésa fue la razón por la que se sirvieron de un meme como imagen, pero su experimento les acabó estallando en las manos, por decirlo así.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas