Primicias24.com – La situación más allá de las fronteras no es para nada satisfactoria para un régimen que se encuentra cada vez más solo en el ámbito internacional.
Con la caída de los precios del petróleo, y con la merma de la producción se fue enflaqueciendo la chequera y con ella los amigos en el continente. Al no poder socorrer económicamente a los «camaradas» éstos perdió sus espacios.
Argentina se libró de la dinastía de los Kirchner al elegir a Mauricio Macri, en Ecuador un Lenín Moreno, quien viene del seno del socialismo entendió que era hora de romper con este modelo, en Brasil los escándalos de corrupción enterraron las esperanzas continuistas de Lula Da Silva y de Dilma.
Con la salida de «Pepe» Mujica en Uruguay, y con la derrota de la izquierda en los demás países de América del sur y centro, la mentada «revolución venezolana» se viene quedando sin su público internacional que era eco de todas las barbaridades de Hugo Chávez.
Los pocos «camaradas» que sobreviven están guardando un silencio escalofriante. Por ejemplo, Evo Morales en Bolivia, otrora paladín socialista no emerge para defender a su homólogo Nicolás Maduro, salvo algunos amagos de vez en cuando, e igual posición asumió Daniel Ortega desde Nicaragua.
No obstante, el caso más emblemático es el de Raúl Castro. Es evidente como los cubanos dejaron a su suerte al régimen venezolano, después de chulearse a Chávez y a Maduro ahora los abandonan y desechan para buscarse nuevos benefactores. ¿Raro? Para nada, esta ha sido la actitud típica de los Castros desde mediados del siglo XX.
Y, mientras Maduro se queda sin «amigos», hasta pelea con sus antiguos aliados del Caribe al cerrar fronteras con las islas de Aruba, Curazao y Bonaire, los países democráticos del continente se unen para hacerle oposición a la dictadura venezolana.
Desde el llamado Grupo de Lima, cancilleres de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, han rechazado el sistema venezolano y han calificado a Maduro como persona no grata en la Cumbre de las Américas a realizarse próximamente.
El mundo se le ha hecho muy pequeño al tirano criollo. Desde la Organización de Naciones Unidas (ONU) ya se investigan las permanentes violaciones de los Derechos Humanos contra los venezolanos. A todo le llega su momento.
Esta situación, aunado a la amenaza latente de una intervención internacional si Maduro concreta el fraude electoral del 22 de abril, ha llevado al inquilino de Miraflores a buscar auxilio en la figura del Papa Francisco.
«Papa, no nos abandones. No dejes que nos maten, intercede para que no nos invadan», palabras más, palabras menos, de esta forma Maduro pedía cacao consciente de lo que le pudiera venir en un futuro cercano debido al cambio en la correlación de fuerzas continentales.
A todas luces el problema venezolano pasó a otras dimensiones, ya dejó de ser un asunto meramente de los connacionales y se transformó en una problemática hemisférica. Y, lo que más le preocupa al jefe del totalitarismo, es que los rusos ni los chinos, vendrán en su socorro.
¡Simplemente cierto!
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