Primicias24.com- El ejercicio interválico de alta intensidad (H.I.I.T) se convirtió en la preferida de los gimnasios en el último tiempo. Dar el 100% de ti hasta conseguir el nivel de adelgazamiento necesario no solo permite liberar adrenalina y aliviar las tensiones del día sino que espabila los músculos en un tiempo breve y genera una importante quema de calorías.
El cansancio al terminar una sesión puede ser tan fuerte que lo normal es no tener hambre. Ni en mitad de la clase ni inmediatamente después. Esto se produce debido a una inhibición en la producción de la ghrelina, la hormona responsable del apetito. De ahí que no falten visionarios que lo interpretan como la panacea para dar esquinazo al michelín.
«Es cierto que el hambre disminuye de manera aguda y no debe extrañarnos», marcó la doctora Irene Bretón, especialista en Endocrinología y Nutrición de la Unidad de Obesidad del Hospital Universitario HM Montepríncipe y presidenta de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). La razón de que esto suceda, está en que «el ejercicio de intensidad sitúa al cuerpo en condiciones similares a las de una situación de lucha o huida, en la que lo prioritario es dedicar los recursos metabólicos para ponerse a salvo. La búsqueda de alimentos queda en un segundo plano».
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