Primicias24.com- Este fin de semana celebramos el domingo de la palabra de Dios, con lema “espero en tu palabra señor”. Nuestra fe proclama que Dios no ha permanecido encerrado en el cielo en un olimpo de cristal, sino que se ha dado a conocer, a través de sus obras en la naturaleza, una revelación dirigida a todos los hombres que a partir de la creatura podemos llegar hasta el creador.
Sin embargo, el creador quiso revelarse en forma personal y envió a su palabra que se hizo carne, hábito dentro de nosotros para comunicar con palabras humanas y con sus gestos, quién es Dios y su misterio de salvación. Él quiere comunicar su vida eterna a todos los hombres y hacerlos partícipes de su reino.
Hay dos libros para leer la palabra de Dios, el libro de la naturaleza y el libro de las escrituras, la biblia; en la primera lectura se nos refiere a la gran fiesta que hace el pueblo cuando encuentra el libro sagrado y lo presenta a la comunidad. Dice el texto: Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura de la ley y respondía con la mano alzada amén, amén.
Hay todo un sentido litúrgico y pedagógico, leer las escrituras con claridad, comprender su significado, meditarlo en el corazón y llevarlo a la vida. Escuchamos el inicio del evangelio de San Lucas, donde nos ofrece su proyecto editorial, puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo, he resuelto escribirtelos querido Teófilo por orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio para que conozcan la solidez de las enseñanzas que has recibido.
Jesús de Nazaret, con la fuerza y unción del espíritu anuncia el reino, evangeliza los pobres, proclama la libertad a los cautivos, asevera los ciegos, proclama la gracia y no es una palabra cualquiera, sino la palabra auténtica de Dios.
No dejemos la biblia arrinconada o llena de polvo en un estante, debe ser brújula de navegación de nuestra vida, hoja de ruta en nuestra peregrinación, referencia cotidiana que la leamos, sea en el celular o en un biblia impresa, que toda la familia tenga un ejemplar de la biblia en un lugar privilegiado de la casa, hagan lectura y oración desde sus palabras.
Con muchas bendiciones para todos,
Monseñor Raúl Biord
Arzobispo de Caracas