Primicias24.com (Opinión)- No ha habido golpe palaciego ni sublevación militar. Tampoco una invasión. Cierto, pero es innegable que la ofensiva estratégica en el conflicto está del lado del gobierno estadounidense. Su eje central es el de las sanciones, que buscan cerrar cualquier ventana a las importaciones y exportaciones. El objetivo es multiplicar de forma exponencial los problemas que ya existen como resultado de erradas políticas macroeconómicas y de la ineficiencia de la gestión.
Y ahora, con las nuevas sanciones, se propicia un colapso, luego de afectada severamente la actividad productiva y el descenso de las importaciones, lo que podría ocasionar “un período de sufrimiento mayor por un período de meses o quizás años”, de acuerdo con lo expresado por William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Venezuela.
Ayuda humanitaria
Como se acostumbra hacer en estos casos, el eje estratégico de las sanciones ha sido acompañado por una operación de cobertura inteligente y eficaz, la de ayuda humanitaria, que distrae y ocupa la atención mientras avanza en profundidad la misión destinada a cortar de forma integral las fuentes de aprovisionamiento del país a través del embargo petrolero y el bloqueo de las cuentas al Estado venezolano.
Sentido común
Obviamente, el gobierno venezolano no podía autorizar el ingreso de un operativo manejado directamente por el Estado que bloquea sus cuentas, impide importaciones y adelanta un embargo petrolero. Sin embargo, siendo un tema tan sensible, ha debido reencuadrar la respuesta, y no lo hizo.
Los mensajes que van contra el sentido común no funcionan. No tiene sostén negar que la población atraviesa por fuertes dificultades. No es “crisis humanitaria”, en el sentido de su definición jurídica internacional, pero no se puede negar que hay graves problemas, No es un asunto jurídico, sino del significado que se le da en lenguaje cotidiano. Para la gente, “crisis humanitaria” es sinónimo de penurias o de una gran “peladera”. Y eso es innegable.
La chispa
Del mismo modo, no es una respuesta adecuada dar la impresión de que se rechaza de forma absoluta recibir donaciones. Es elemental que cualquier persona o país con problemas económicos y de abastecimiento, solicite o reciba auxilio y cooperación.
En lugar de un no generalizado a la ayuda, lo apropiado era organizar a tiempo con la ONU, la Cruz Roja y países neutros el suministro para hospitales y farmacias. La solidaridad tiene una tradición y es distinta a los operativos de ayuda que encubren una intervención extranjera.
Al no haberse redimensionado el mensaje frente a esta operación de cobertura que tiene su vitrina en Cúcuta, se facilita que sea utilizada para presionar al sector militar o que se convierta en una chispa que escale el conflicto.
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