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Opinión

Rafael Ramírez Carreño: Es la economía, estúpido (cuarta parte) ¿Cómo destruyeron PDVSA (III)?

Hay que estudiar el tema petrolero para no dejarse confundir por la avalancha de desinformación

Recapitulando: 

En el artículo anteriorde esta serie “Es la economía, estúpido”, comentamos que los resultados de nuestra gestión al frente de PDVSA no sólo se reflejaron en la calidad de vida de nuestro pueblo durante el período 2004-2012, sino en la valoración financiera y operacional de la empresa, expresada en sus estados financieros auditados. Los números no mienten, como le gustaba repetir al presidente Chávez, “Dios habla por las matemáticas”. 

Igualmente, mencionamos los mecanismos de rendición de cuentas de PDVSA ante todas las instancias del Estado Venezolano y al público en general, reflejada en los informes de gestión, así como la atención a todos los requerimientos de información, explicaciones e interpelaciones, ante los organismos respectivos: Ejecutivo Nacional, Asamblea Nacional, Contraloría General de la República, entidades financieras, socios y trabajadores. 

Todo eso está allí, debidamente documentado y soportado, basta tomarse el tiempo para revisarlo, al menos en sus aspectos fundamentales: producción, exportaciones, suministro al mercado interno, aportes al Fisco, aportes a la Nación, activos, patrimonio, operaciones de la empresa; para echar por tierra, rebatir, la falacia esgrimida tanto por el madurismo, como por la oposición, de que nuestra gestión (2004-2013), es decir, la conducción de PDVSA durante el periodo Chavista, fue la causa de la situación de colapso y ruina en la que se encuentra actualmente nuestra empresa. 

“El que tenga ojos que vea”, como decía el Comandante Chávez, hay que estudiar el tema petrolero para no dejarse confundir por la avalancha de desinformación y mentiras que la maquinaria de propaganda del gobierno o la oposición hacen sobre PDVSA, cuyo propósito es, como siempre, evadir su responsabilidad; unos y otros, y, preparar las condiciones para su privatización. 

Al final de cuentas, la destrucción y debilitamiento de PDVSA es el paso previo, la condición necesaria, para rematarla y venderla a precio de gallina flaca. En esto coinciden, tanto el madurismo como la oposición, dos caras de la misma moneda;es por ello que sus maniobras y escándalos políticos buscan preparar al país para lo que será el peor despojo de nuestra historia contemporánea: privatizar PDVSA y entregar el petróleo.

El domingo pasado también conversamos sobre la complejidad de las operaciones petroleras, que deben ser continuas e ininterrumpidas, exigen dedicación, conocimiento, experiencia y una rigurosa estructura de control operacional y financiero. 

Igualmente, se requiere la experiencia gerencial para garantizar el funcionamiento de 393 empresas filiales, 100 mil contratos al año y todas las operaciones de procura, servicios, logística y suministro para atender las operaciones; dirigir el esfuerzo de más de 113 mil trabajadores, gerentes, ingenieros, técnicos, supervisores, operadores y obreros, con conocimiento especializado, patriotas, honestos, conscientes de su deber con el resto de la sociedad. Trabajadores incansables, probados en mil batallas en defensa de la soberanía, que hoy se encuentran perseguidos, encarcelados, maltratados por una dirección anti obrera, que se comporta en PDVSA como si fuese un ejército de ocupación. 

Decíamos que a estas complejidades propias de la actividad petrolera, en nuestro caso, se agregaron las adicionales, derivadas de las tareas propias de una empresa nacional petrolera, al servicio del pueblo, instrumento del Estado Venezolano, tanto para el ejercicio de la Plena Soberanía Petrolera, como de la lucha denodada en contra de la pobreza, la exclusión; empeñados en construir un modelo económico que superara al rentismo petrolero, capitalista, depredador y dependiente, para construir un modelo que, sin renunciar a los beneficios de la renta petrolera, se basara en el trabajo, la solidaridad y la justicia social para alcanzar los objetivos que están plasmados en el Plan de la Patria.

La ruta de la destrucción: maduro nunca entendió nada

maduro ha demostrado una absoluta incapacidad para gobernar el país, a seis años de gestión, los resultados catastróficos de su gobierno lo colocan como el peor presidente de nuestra historia Republicana. El manejo del sector petrolero y de PDVSA es la mayor evidencia de su incapacidad para entender y dirigir los aspectos claves del funcionamiento del Estado. A su increíble desorden orgánico hay que agregarle su falta de conocimiento y humildad, así como, su aversión al estudio, al trabajo. El país le quedó grande, PDVSA también.

Nosotros, en el equipo de gobierno del presidente Chávez, ya sabíamos de esta característica de maduro: tiene una amplia experiencia en la maniobra política, sindicalera, parlamentaria, pero nunca ha pegado un bloque sobre otro. Así es que, desde que fue nombrado vicepresidente del país, ya con el presidente Chávez muy enfermo, hicimos todos los esfuerzos para explicarle a maduro el tema petrolero, sin pretender que se hiciese un experto (no tiene porqué serlo), al menos, que entendiera los fundamentos de nuestra política petrolera, la Plena Soberanía Petrolera, en qué situación se manejaba PDVSA, cuáles eran sus fortalezas, sus debilidades, restricciones, el marco legal y constitucional que la rige, cómo era la nueva arquitectura financiera del país, los Fondos de los que disponía el Estado, cuáles eran las amenazas y debilidades sobre nuestro modelo económico, cómo todo dependía del ingreso petrolero. 

Lo hicimos con honestidad, para ayudar a la conducción del país. Pero no entendía nada, lo subestimaba todo, no prestaba atención, siempre era una chanza, una “jodedera”, una falta de rigurosidad y estudio.

Para mí eso resultaba un choque. No sólo por mi perfil profesional, técnico-político, sino por mi forma de trabajo estructurado, dedicado y muy serio. El trabajo al servicio del Estado requiere de la formalidad y la rigurosidad propia de la conciencia que se tiene de que un país depende de tu desempeño, asertividad, constancia. 

maduro trataba de suplir su imposibilidad de entender el tema petrolero, colocando a Erick Malpica como su interlocutor. Éste entendía menos. maduro nunca se dejó ayudar por el equipo de gobierno del presidente Chávez, no escuchó, prefirió rodearse de sus incondicionales, todos incapaces y sin experiencia, para tratar de descubrir la rueda o el agua tibia. Es allí, ante la debilidad de un presidente y su falta de conciencia política, donde aparecen los “asesores”.

maduro está rodeado de “asesores” representantes de intereses privados nacionales e internacionales, lobistas, aduladores, oportunistas, que se han hecho con las operaciones, activos y recursos de PDVSA. Pero, para darse algún piso “ideológico”, maduro se rodea de “expertos petroleros” que el Comandante Chávez nunca trajo al gobierno, mucho menos, al sector petrolero. Éstos, arremeten contra la política petrolera de Chávez, contra la Faja Petrolífera del Orinoco, el mayor proyecto estructurante del país; contra los proyectos Gasíferos costa afuera, el Mariscal Sucre; en contra del control Estatal de PDVSA, a favor de su privatización. Es increíble el nivel de coincidencia entre el madurismo y la oposición, ambos discursos coinciden con los mismos argumentos de la Apertura Petrolera.     

Los riesgos de intervenir en la complejidad de la industria petrolera y, en particular, en las exigencias en la conducción de PDVSA, la empresa que tenía sobre sus hombros el funcionamiento del país, se lo advertí a maduro en la primera ocasión en que me dijo que él quería el control de la empresa, luego lo hice a Diosdado, en agosto de 2014, cuando fue a comunicarme la decisión de ellos de que entregara PDVSA y el Ministerio de Petróleo.

La realidad es que en el sector había muchos “zamuros” esperando que el Presidente Chávez muriera para entrar a cambiar nuestra política petrolera, controlar PDVSA, el petróleo. Sabían que conmigo no contarían para eso, ni para ninguna otra cosa. Tenían que sacarme de allí como fuera.  

Sobre el gobierno había mucha presión de las compañías petroleras e intereses económicos que, luego de la partida del Presidente Chávez, querían colocar en el Ministerio de Petróleo y en PDVSA una dirección más “flexible” a sus intereses. Es decir, no se trataba sólo de la oportunidad de negocios y poder para la élite madurista, sino de las exigencias de los socios: descuentos en las ventas de petróleo, las mejores áreas de la Faja Petrolífera, el gas, las refinerías del Caribe, la reversión de las áreas nacionalizadas, los contratos de servicio, las exenciones impositivas, de regalías, el control de las operaciones.

Para ello, hay que decirlo con tristeza, a partir de nuestra salida y la “purga” de los sectores Chavistas de la dirección del sector, contaron con la participación de compañeros que nos acompañaron por diez años en la dirección de la empresa. No los juzgo, pero sin tener la experiencia política, ni conocimiento de los factores de poder en pugna, se dejaron llevar por la maniobra política del madurismo, quien siempre se aprovechó de la manipulación del concepto de “lealtad”; no supieron zafarse y éste les pagó con humillación, la cárcel y la muerte. El único que se ha mantenido protegido por maduro es Asdrúbal Chávez. Es el manejo que éste hace de lo que él considera una franquicia.

¿Cómo es posible destruir una empresa como PDVSA en tan poco tiempo?

En el país, muchas personas de buena fé, se preguntan: ¿qué pasó con PDVSA?, ¿cómo la pudieron destruir en tan poco tiempo? Los opositores y el madurismo le achacan la destrucción de PDVSA al Presidente Chávez, a nuestra gestión y al modelo de una empresa nacional de petróleo, subordinada al Estado. Claro, lo hacen para dar sustento a su tesis de privatización. 

Lo primero que quisiera decir es, que una empresa como PDVSA se puede destruir en tan sólo tres meses, ya tuvimos una experiencia: durante el criminal sabotaje petrolero, la “meritocracia” petrolera, entre diciembre de 2002 y enero de 2003, lograron paralizar nuestra empresa.

La producción de petróleo cayó a sólo 23 mil barriles día en enero de 2003, no había gasolina, ni gas; el Complejo Refinador Paraguaná (Cardón-Amuay), así como la Refinería de El Palito estaban paralizadas. Todo el sistema de automatización y control fueron saboteados, no había operaciones de ningún tipo; NO se exportaba petróleo, tuvimos que declarar “fuerza mayor”, perdimos 17 mil millones de dólares en la empresa. Es decir, PDVSA se puede destruir en cuestión de meses, como ya lo demostró la acción golpista de la oposición entre 2002-2003. 

Pero nosotros demostramos que todo ese desastre se puede resolver; ya para abril del 2003 pudimos levantar la producción a 3 millones de barriles día, reiniciamos exportación, reactivamos las refinerías, y pudimos reanudar el suministro de gas y gasolina al mercado interno. Teníamos capacidad y liderazgo, estábamos movilizados junto al pueblo, por todo el país, en todas las áreas, con una Junta Directiva y un cuadro gerencial patriota, cuadros técnico políticos de primera línea, con conocimiento y liderazgo. Teníamos a Chávez.

Sin embargo, la destrucción de la PDVSA a manos del madurismo es profunda. Me comentaba uno de aquellos gerentes patriotas de la derrota del Sabotaje que, si midieramos la gravedad del daño causado a la empresa del 1 al 10, el daño del sabotaje petrolero fue 3, en cambio, el daño que el madurismo ha hecho es 10. 

Todavía falta evaluar en su completa extensión el daño operacional, a los yacimientos, a las instalaciones, su capacidad productiva, su prestigio como empresa; y, sobre todo, el daño que han hecho a sus recursos humanos, su conocimiento, destrezas, su moral, autoestima, conciencia y compromiso. 

Esta evaluación es lo primero que tendremos que hacer para poder estructurar un plan efectivo de recuperación de la empresa. Tenemos que hacerlo, el petróleo está allí y lo necesitamos para reconstruir al país.

Vamos a tratar de agrupar los factores más importantes que han incidido en la destrucción de PDVSA a partir de agosto de 2014. Partimos de allí, pues los números del cierre de PDVSA a diciembre de 2013, muestran una empresa petrolera, la quinta a nivel mundial, con solidez financiera y sus capacidades productivas a niveles máximos, con alta moral y sus trabajadores movilizados para defender la industria y el país.

En cuatro largos años de la noche madurista, han sucedido graves hechos que condujeron a la destrucción y ruina de PDVSA. Veamos.  

1. La Junta Directiva

La Junta Directiva de PDVSA es el máximo órgano de dirección y administración de la empresa. Hasta 2014, estuvo conformada por un presidente, dos vicepresidentes, 5directores internos y 3directores externos. Todos, excepto los directores externos, teníamos responsabilidades operacionales o de funcionamiento de la empresa. Los directores externos no tenían responsabilidades en la operación, sólo emitían puntos de vista y observaciones. 

Éste era un organismo colegiado, cuyas decisiones eran de consenso, unanimidad, es decir, no existían “votos salvados”; si algún miembro de la Junta tenía alguna duda razonable sobre alguna cuestión, la misma era revisada y debatida hasta poder responder cualquier duda o cuestionamiento.

Históricamente, la Junta Directiva de PDVSA, por tener responsabilidades operacionales, aunque era designada por el presidente de la República, era conformada por lo mejor de la empresa, cuadros técnicos de amplios y profundos conocimientos en las distintas áreas de su competencia, con liderazgo y ascendencia sobre los cuadros gerenciales y trabajadores de cada sector de la empresa. Normalmente, cada director tiene responsabilidades de enlace sobre cada uno de los segmentos del negocio: Exploración y Producción, Refinación, Comercio y Suministro, Gas, Finanzas, etc.  

Luego de la derrota del Sabotaje Petrolero, a estas características técnicas y de niveles de experiencia, se le agregó la condición indispensable de compromiso con nuestra política de Plena Soberanía Petrolera y subordinación al Ejecutivo Nacional, por intermedio del Ministerio de Energía y Minas, hoy Ministerio de Petróleo, que representa al único accionista de la empresa: el Estado Venezolano.

En el 2003, cuando derrotamos el Sabotaje Petrolero, a nadie se le ocurrió, ni a nosotros desde el Ministerio, ni al presidente Chávez, incluir en la Junta Directiva a nadie ajeno a la industria. Asumimos la conducción de la empresa personas con conocimientos en el área y competencias para dirigir el negocio, lo que nos permitió, no sólo superar el Sabotaje y restablecer la operatividad de la empresa, sino mantenerla estable por un período de 12 años, hasta el 2014.

De allí en adelante, todas las Juntas Directivas de la Nueva PDVSA conjugan el conocimiento, la capacidad y experiencia en el sector petrolero y en PDVSA, con altos niveles de compromiso y conciencia sobre su responsabilidad y contribución al fortalecimiento de nuestra soberanía y el desarrollo del país, subordinados además, por primera vez efectivamente, al Estado venezolano. 

Esta característica la replicamos en todas las áreas, negocios y unidades operativas de la empresa. Era la única manera de conducir una empresa como PDVSA, una empresa nacional de petróleo, en un país en Revolución, una empresa nacional petrolera de altísimo desempeño técnico y profesional, consciente, popular, revolucionaria y actor fundamental del proceso de profundas transformaciones que se vivían en el país. 

En tantísimas ocasiones, de manera pública, el Presidente Chávez expresó su reconocimiento a nuestro trabajo y el profundo respeto que sentía hacia el equipo de hombres y mujeres que habíamos convertido a PDVSA, y al petróleo, en un instrumento de liberación de nuestro pueblo. 

Para el presidente Chávez, los trabajadores petroleros estaban a la vanguardia de la Revolución Bolivariana y sabía que siempre podía contar con la Nueva PDVSA para cualquier tarea de la Patria, no importaba ni el tamaño, ni la complejidad, él sabía que le cumpliríamos al pueblo; y, así lo hicimos. 

El presidente Chávez, a pesar de que hacía un seguimiento y marcaje diario del desempeño de PDVSA y solía ser muy estricto y exigente con nuestros equipos, me comentaba permanentemente que no podíamos permitir que la empresa fuese el terreno de disputa o luchas internas de los factores que apoyaban a la revolución, ni de cualquier otro factor político o económico del país. 

Él estaba convencido que PDVSA y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana eran estratégicas para el país, vitales para su soberanía y, por tanto, debían estar lejos de la diatriba y manipulaciones de grupos. Esa condición y orientación del Presidente Chávez era seguida por nosotros y por mí, como presidente de la empresa, de manera escrupulosa y firme. 

Aunque teníamos una clara posición a favor de la Revolución Bolivariana y del esfuerzo socialista, no permitimos que en la empresa se incubaran factores extraños, intereses particulares, como sucedió en tantos ministerios y empresas del Estado.

El presidente Chávez  estaba seguro de ello, todos los organismos de inteligencia del Estado seguían nuestros pasos y movimientos, además, de todos los factores políticos o militares que siempre le rendían informes sobre PDVSA a lo largo y ancho del país. Nuestra lealtad al Presidente Chávez y a nuestra posición revolucionaria nos la cobrarian bien caro después de la muerte del Comandante. 

A partir de 2014, el madurismo convirtió a la Junta Directiva de PDVSA en terreno de la pugna entre los grupos que se disputaban el control de la empresa, y del país. 

Nombraron directores con responsabilidades operacionales claves que no tenían ningún tipo de competencias técnicas, ni conocimiento, sino que eran las cuotas de poder de los distintos grupos. Los ministros incluidos en la Junta, sin saber nada de nada sobre la industria petrolera, se convirtieron en “jefes” operacionales, “aprendices de brujos”, tomaban decisiones claves sobre las operaciones y estrategias de la empresa. Esto constituyó un craso error.

En una empresa como PDVSA, o cualquier otra empresa petrolera, es imperativo que las decisiones operacionales sean tomadas por personas con las capacidades técnicas y el conocimiento necesario. No se puede pretender que actividades tan complejas sean desempeñadas por cualquiera.  El estudio y la experiencia no pueden ser puestas de lado en una empresa de estas características, que necesita operar de manera continua, no se pueden interrumpir procesos productivos que son interdependientes unos con otros.

Lo más grave de estas sucesivas Juntas Directivas del período madurista es que, no sólo se nombraron personas sin conocimiento y experiencia en puestos claves de dirección de la empresa, sino que éstas sólo actuaban como agentes de determinados intereses grupales. Fueron puestos allí para cumplir la tarea de penetrar la empresa, bloquear sus procesos, incidir a favor de sus intereses y, desde allí, cumplir las órdenes de los distintos “jefes” del madurismo: las de maduro, Tareck, Delcy, Diosdado, Cilia, los familiares de cualquiera de ellos, o los privados que fueron tomando control de los negocios. 

El madurismo ha actuado en PDVSA con saña y odio, con una conducta rapaz, marginal, derrochadora de los recursos y del prestigio de la empresa; pero a la vez, deslumbrados y subordinados por el interés transnacional que les toca la puerta para cobrar la factura por los favores recibidos y con la promesa de que ellos se harán “cargo” del negocio.

Al inicio, el madurismo se manejó con Asdrúbal Chávez en el Ministerio de Petróleo y Eulogio Del Pino en PDVSA. Asdrúbal llegó al cargo con hambre vieja, con mucha miseria humana, de la mano de los hermanos Rodríguez, desmantelaron las capacidades técnicas del Ministerio, botaron más de 200 trabajadores y los sustituyeron por igual número de empleados de la Alcaldía del municipio  Libertador. Borraron discursos, desaparecieron documentos, persiguieron hasta los almanaques y fotos, colocaron a su personal de confianza en los procesos claves para descabezar al Ministerio y sus capacidades de control y Fiscalización. 

En PDVSA, Del Pino abrió las puertas de la empresa al madurismo, la entregó a factores extraños a la misma, quienes iniciaron una persecución y un ensañamiento en contra de los trabajadores y gerentes de lo que el madurismo identificó como “ramiristas”; es decir, se inició una persecución contra los cuadros Chavistas de la empresa. 

Del Pino no fue capaz de proteger a sus trabajadores o compañeros de trabajo, evitar el atropello y que se vulneraran los procedimientos y normas, el marco legal que regulaba las relaciones y funcionamiento de la empresa. Se instaló el miedo y el silencio, muchos agachaban la cabeza, pensando que esa “razzia” no los tocaría a ellos. Del Pino cometió el peor error de su vida, pensó que el madurismo lo aceptaría como a uno de ellos. Caro pagaría ese error. 

Los Ministros de gobierno nombrados en la Junta Directiva como Directores externos, sin embargo, asumieron la conducción y el control de la empresa, de sus operaciones. Era una intervención velada de la empresa, por personas que no tenían idea de lo que estaban haciendo. Unos irresponsables.

En alguna ocasión, fueron sólo dos en todo el período, Eulogio del Pino me llamó para decirme que habían colocado una vicealmirante como vicepresidenta ejecutiva, figura que no existía y fue creada junto a una cantidad increíble de vicepresidencias, sólo para restarle a él autoridad y poder, cada uno de los personeros del madurismo quería tener su propia vicepresidencia. Es decir, a partir de ese momento, todas las decisiones ejecutivas pasaban por las manos de “la Almiranta”, y necesitaban su aprobación. Lo mismo pasaba en Finanzas, en Comercio y Suministro, en los asuntos internacionales, en RRHH, en las designaciones, se perdió la jefatura de la empresa. Eulogio sólo daba la cara, ya no controlaba nada.

En un momento determinado y a medida que se deterioraron las operaciones de la empresa, se desplazaron y encarcelaron a los últimos directores con competencias técnicas de la Junta Directiva y comenzaron a cambiar y colocar Directores internos sin la debida experiencia, ni liderazgo en el seno de los trabajadores.

La injerencia en las decisiones operacionales de los distintos personeros del gobierno paralizaron a la empresa y sus procesos. El Sebin y el DGCIM ocuparon todos los ámbitos de la empresa, se inició una campaña de represión y persecución, sospechas, encarcelamientos y extorsiones. Se instaló el miedo.

Se inició una rotación de personal de dirección de muy poca experiencia, que respondía más al hecho de que ya no tenían gente calificada para asumir roles tan importantes: o los habían hecho presos, o se fueron de la empresa, o no gozaban de la confianza de “fulano o fulana” en el gobierno, todos los trabajadores y gerentes eran sospechosos. 

Así, entre 2014 y 2019,  se han nombrado 7 Juntas Directivas de PDVSA donde ha habido de todo: un presidente Mayor General General de la Guardia Nacional; una Vicepresidenta Ejecutiva, Almirante; un Jefe de Comercio y Suministro, especialista en tuiter, que llevaba la sala de twitter en Miraflores, luego un General; un Vicepresidente de Exploración y Producción que venía de ser jefe de un distrito en oriente; el actual, es arquitecto; un Vicepresidente de Refinación, militar; Vicepresidentes de Finanzas, personas que venían de administrar el edificio de Cancillería o llevar las minutas del Canciller; personal sin experiencia, sin capacidades.

Es en esas circunstancias cuando entra Nelson Martínez a la rotación de maduro. Entre Ministro y presidente de PDVSA, Del Pino y Martínez, los intercambiaban en sus responsabilidades, pero no se entendían, y no se percataron de que pagarían los platos rotos del fracaso de maduro. Eran perfectos para maduro, venían de la industria, habían estado en el período de Chávez-Ramírez, eran técnicos, y no tenían ningún tipo de apoyo político. 

Aunque los dos fueron leales a maduro, de lo cual este se aprovechó para imponer a la empresa sus planes o ideas, por más absurdas que fueran, al final, cuando se evidenció el fracaso, y los otros factores políticos pidieron sus cabezas, maduro los trató de una manera cruel y  humillante. Sus detenciones significan  una página oscura del país sobre cómo un presidente y un fiscal pueden abusar y hacer linchamientos morales de dos funcionarios, violar sus derechos, exhibirlos como delincuentes. Es triste e indignante, pero además una lección para los que piensan, en el gobierno, que el odio de maduro o de cualquiera de su círculo íntimo no los tocará a ellos. 

Del Pino sigue secuestrado, junto con más de 100 trabajadores y gerentes de PDVSA, Nelson Martínez pagó con su vida, una muerte absurda y repudiable, que no puede quedar impune. 

La llegada de Quevedo a la presidencia de PDVSA se produjo de la mano de Diosdado y manchada por los atropellos cometidos por el madurismo en la empresa. Su designación le dio la estocada final a la empresa; una compañía que está en venta y Quevedo es el gestor. 

PDVSA se militarizó. Oficiales de la Guardia Nacional, sus familiares y amigos ocupan los puestos claves de la empresa, especialistas en maltratar a los trabajadores y escamotear las conquistas obreras. 

Con el Decreto 3.368  Quevedo, actuando al margen de la ley, ha cedido la dirección y las operaciones de la empresa a factores económicos privados, a los socios de las empresas mixtas y a una amplia gama de irresponsables que se han apropiado de los distintos sectores del negocio para lucrarse, y obtener pingües beneficios. Las operaciones e instalaciones fueron abandonadas, o cedidas a los privados, bajo la figura de “contratos de servicios”. 

No hay jefes operacionales, líderes, a nadie que le duela PDVSA, una empresa sin una Junta Directiva petrolera, sin rumbo, se estrelló en el abismo madurista.

2. El control de las finanzas

Finanzas es una Vicepresidencia clave para el funcionamiento de la empresa. Es ella la que administra los ingresos, egresos, la ejecución presupuestaria y todos los procesos para garantizar los recursos para las operaciones, que estén disponibles y a tiempo. De ella dependen todos los procesos de pagos a proveedores de servicios indispensables para las operaciones, procura de todo tipo de equipamiento, repuestos, dirigir los comités de licitaciones, pagos de nómina, sistema de salud de los trabajadores, seguros, logística operacional, operaciones financieras, endeudamiento, instrumentos financieros, financiamiento de proyectos. 

Debe rendir cuenta semanalmente al Fisco, a través del Ministerio de Finanzas, del pago de regalías y aportes a todos los Fondos (Fonden, Fondo Chino, Fondo Independencia, etc) y al SENIAT de la recaudación de impuestos petroleros, además de coordinar las operaciones y ventas de divisas con el BCV.

Esta función tiene una robusta estructura central, corporativa, que se replica y extiende a todos los negocios, unidades operativas, empresas mixtas y filiales en Venezuela y el Exterior, con plataformas de control como el SAP que deben mantenerse al día. 

Finanzas debe garantizar el cobro de la factura petrolera en los términos establecidos en los contratos de suministro, de acuerdo con las fórmulas de precios. Todo su desempeño es permanentemente auditado por los distintos organismos de control de la empresa y del Estado; Auditoría Interna de la Empresa, la oficina de la Contraloría General de la República, los auditores externos, los socios y sector relacionado, así como las instituciones financieras nacionales e internacionales. 

Es una tarea vital que requiere de mucho conocimiento, capacidad de trabajo y dedicación a tiempo completo.

A partir de diciembre de 2014, el madurismo toma el control de esta función, colocando a Erick Malpica Flores al frente de ella, para luego convertirla en una Vicepresidencia. Este personaje sin ninguna experiencia previa en finanzas, venía de ser el administrador de la Cancillería y persona de la más absoluta confianza de maduro. Al mismo tiempo se desempeñaba como Tesorero Nacional, lo cual ya era un evidente conflicto de intereses (“se pagaba y daba el vuelto”). Además de su poca experiencia, nunca había estado vinculado al negocio petrolero. No lo conocía, cosa que me consta, pues al inicio del gobierno trataba de explicarle, sin éxito, de qué se trataba toda la gestión financiera de PDVSA. 

El nuevo Vicepresidente de Finanzas de PDVSA jamás había estado en una instalación petrolera, ni conocía sus procesos, ni su importancia, ni las prioridades operacionales. 

Con estos antecedentes, cualquiera se preguntaría, entonces, ¿Cómo podía saber de las necesidades y complejidades del negocio? ¿Con qué criterio tomaría las decisiones diarias que se requieren en su posición? ¿Cómo podía ser la contraparte de los socios extranjeros de PDVSA, de la banca internacional o del sector de servicios?, si no sabe la diferencia entre la regalía y el impuesto petrolero, Si el Vicepresidente de Finanzas no sabe cómo funcionan los Fondos petroleros, el Fonden, Fondo Chino, etc. ¿Cómo podía rendir cuentas al Fisco, al Estado, al país? 

Para ser vicepresidente de finanzas de una empresa petrolera como PDVSA, se debe ser capaz de estructurar y hacer seguimiento a un presupuesto anual de costos, gastos e inversiones de 40.000 millones de dólares, administrar ingresos por ventas de petróleos y productos de 114.000 millones de dólares al año, garantizar los aportes al Fisco y a la Nación por 60 mil millones de dólares cada año. Debe ser capaz de leer y entender un Estado de Ganancias y Pérdidas de una empresa como PDVSA, debe revisar sus Estados Financieros y estar al día con todas las operaciones de la empresa, para que nada se detenga, ser capaz de preparar y revisar reportes financieros, informes de gestión, los Estados Financieros Auditados de 193 empresas filiales y consolidar en un solo informe Corporativo .

La única razón por la cual maduro colocó allí a Malpica era la de desviar los recursos de PDVSA. Ya no tendrían que cumplir con ninguno de los mecanismos legales que ni entendían, ni les importaban mucho, para obtener los fondos de la industria, porque  ahora era directo, como una “caja chica”. Todas las necesidades del madurismo, del tipo que fueran, se resolvieron así con la empresa. Para eso necesitaban en esa posición a un incondicional. Lo mismo hicieron en la Tesorería Nacional, en el Ministerio de Finanzas, BCV, Cencoex, Fonden, Fondo Chino, son los mismos personajes, el mismo propósito, los mismos resultados.

La gestión de Malpica en la Vicepresidencia de Finanzas se caracterizó por el hecho de que nunca iba a su oficina, “trabajaba” a tiempo compartido entre la Tesorería y PDVSA, o sencillamente, no iba a PDVSA. Suponía que esta empresa se podría manejar a distancia, por intermedio de “asistentes”. Sólo se ocupaba de disponer de los recursos que maduro le indicaba. Las operaciones de PDVSA no estaban en sus prioridades, aunque era vicepresidente de la empresa. 

Luego vendría Simón Zerpa a desempeñar esta función, al mismo tiempo que se desempeñaba como Ministro de Finanzas. Además del conflicto de interés entre sus posiciones, al igual que su predecesor, Zerpa no tiene ni experiencia ni conocimiento sobre el sector petrolero. Su desempeño anterior era como ayudante del Canciller en sus giras. Su mérito, ser incondicional al madurismo.  

Su gestión estuvo signada por las mismas características que la gestión de Malpica: absoluto desconocimiento de los procesos productivos, de las prioridades de la empresa y de las necesidades operacionales. 

Es en este período que maduro utiliza a Citgo y PDVSA en operaciones financieras y de endeudamiento, que están muy cuestionadas por las condiciones y colaterales que se usaron y que comprometen la propiedad sobre importantes activos de la Corporación y del país. 

Son estas operaciones, autorizadas por estos Directores, quienes a la vez eran ministros de maduro, las que argumentó el madurismo para llevar a prisión a la Junta Directiva de Citgo y al Ministro Nelson Martínez. 

Si estos gerentes, que fueron invitados bajo engaño a una supuesta reunión en Caracas, en pleno Salón Simón Bolívar de La Campiña, para hacerlos presos, con espectáculo público incluido, por policías encapuchados, tuviesen algún día la oportunidad de ir a juicio, le dirían al país, la verdad de estas operaciones. Por eso, los mantienen secuestrados.

Esta conjunción de factores negativos, en un área vital para el funcionamiento de la empresa, como es la Vicepresidencia de  Finanzas de PDVSA, colocó un freno, o más bien, sabotearon una cantidad de procesos que afectaron las operaciones de distribución, mercado interno, refinación y producción de PDVSA. Veamos algunos ejemplos sencillos:

El suministro de combustible de a La Gran Caracas: gasolina, diesel y gas, depende  de las instalaciones de Carenero. La única manera de abastecer los tanques de almacenamiento de Carenero es con buques de cabotaje, éstos son buques que sólo hacen transporte de petróleo o productos entre nuestras instalaciones en el país. 

Normalmente, el combustible que producíamos en el CRP, El Palito o Puerto La Cruz, llegaban en buques de cabotaje a Carenero para abastecer a La Gran Caracas. Cuando Finanzas no hacía el “fletamento del buque”, es decir, contratar el buque para la operación, o se retrasaba en los pagos a sus dueños, y la deuda llegaba a un punto insostenible, el dueño del buque no entraba a Carenero, no buscaba más combustible y La Gran Caracas se quedaba sin gasolina. Así de sencillo. Era culpa de la gente de maduro en Finanzas, que estaban aprendiendo y desconfiaban de todo el mundo en la empresa, pero éste salía denunciando una “conspiración”, “mafias” o cualquier tipo de barbaridad y apresaban a los operadores. Ésta es una realidad que sucede permanentemente en el interior del país, tanto con El Palito, Yagua, así como, en Bajo Grande. 

En la Dirección Ejecutiva del Occidente, para la producción de petróleo y gas en el Lago de Maracaibo,  se necesitan más de 1.500 embarcaciones, entre lanchas, gabarras y remolcadores, para la logística de materiales, personal, trabajos de superficie y equipos requeridos para las operaciones. Eran 12.000 trabajadores, operadores, buzos, que había que movilizar todos los días, desde las 4 am, para atender las operaciones de 6.300 pozos activos, 1300 Kms de oleoductos principales y secundarios, 740 Km de gasoductos, más de 45 mil kms de tuberías a pozos en el lecho del Lago, más de 160 Estaciones de Flujo, más de 40 Plantas Compresoras. Si el vicepresidente de finanzas no sabe ésto, si nunca ha ido al Lago, si él decide que esos recursos no son importantes, entonces, se paraliza la flota de operaciones lacustres, Así se abandonaron los pozos, por eso la producción ha caído dramáticamente en el Lago, desde 800 MBD en 2013 a los menos de 200 MBD de hoy día; por eso los derrames no se atienden y, no hay gas. Sin embargo, el madurismo desmanteló la Dirección Ejecutiva de Occidente,  y sus directivos siguen presos-secuestrados para favorecer los intereses de la Empresa Mixta Petrozamora, sus socios rusos y bolichicos.

Ahora, le echan la culpa a Chávez por haber nacionalizado las operaciones del Lago de Maracaibo en 2009, operaciones que al ser saboteadas por factores privados durante el Sabotaje Petrolero en 2002-2003, tumbaron la producción de petróleo y gas en el Zulia. Hacen de todo, menos asumir su responsabilidad.

La Vicepresidencia de Refinación, junto a los Gerentes de cada refinería planifican, como cada unidad operativa, su presupuesto de costos y gastos, procura de materiales y equipos, paradas de plantas para cada año. Es en base a ese presupuesto aprobado por la Junta Directiva que ellos programan sus trabajos y operaciones. Pero, si la Vicepresidencia de Finanzas, desconoce el presupuesto, desvía los recursos, porque considera que eso no es vital, si no aprueba los fondos, si el “jefe” no está en su oficina; en fin, las mil y una situaciones caóticas del madurismo, entonces, las refinerías tienen que parar. 

No se puede comprometer la seguridad de los trabajadores, ni de las instalaciones, por el hecho de que no haya condiciones de operatividad o condiciones seguras para la operación, porque no aprobaron los recursos, las plantas no pueden producir si faltan repuestos o químicos. Hoy día no producimos combustibles en el país, se importa algo de gasolina y diesel, no hay gas. Es un caos. Al gobierno no le importa. Se ha llevado presos a los trabajadores del CRP, héroes en la derrota del Sabotaje Petrolero, como Jesús Luongo, uno de los ingenieros que más sabe de refinación a nivel mundial.

Pero, nuevamente evadiendo su responsabilidad, maduro ha anunciado una y cien veces que “desmanteló” otra organización “corrupta” que operaba con el contrabando de combustible. Mentiras. Barrieron con los gerentes, supervisores, trabajadores que conocían el funcionamiento de nuestro sistema refinador. Mientras las gandolas y buques siguen saliendo del país con combustible de contrabando, como nunca antes, pues ahora es la misma Guardia Nacional la que maneja PDVSA. Los trabajadores de oriente denuncian que los Militares tienen control absoluto del terminal de Jose, ya no hay fiscalización del Ministerio de Petróleo, ahora, los nuevos administradores y socios de PDVSA, sacan petroleo sin rendir cuentas a nadie, estan robando al país de manera descarada.

Mientras todos estos desmanes suceden en PDVSA y las refinerías están a un 10% de su capacidad operativa, técnicamente paradas, el pueblo sufre interminables colas, de días enteros, por falta de gasolina, como nunca antes sucedió en los 10 años de nuestra gestión, ni siquiera cuando el sabotaje petrolero.

Las Direcciones Ejecutivas de Producción, en Oriente, Occidente y Faja, necesitan todos los años, cada año, de tuberías de producción, de pequeño diámetro, lodos de perforación, químicos para desalación y tratamiento de crudo, bombas electrosumergibles, taladros, servicios de guaya fina, taladros para acondicionamiento de pozos, compresión de gas, reinyección, trabajos de subsuelo, etc. 

Es una larga lista de suministros y materiales que no se pueden detener, así ha sido durante más de 100 años de producción petrolera en el país. Cuando la Vicepresidencia de Finanzas no lleva a cabo los procesos de procura, las licitaciones, las contrataciones, porque maduro ordena que “todos” los contratos de PDVSA los revisará él mismo en Miraflores, o su vicepresidente en Carmelitas, o sencillamente, porque usan el dinero para otros propósitos, no solo están violando la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público, la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República, las leyes respectivas de contrataciones y todos los procedimientos y normativa de la empresa al respecto, sino que, como consecuencia directa de esta acción inútil, todos los procesos de asignación de recursos, contrataciones, servicios y procura, que se requieren para las operaciones de producción se detuvieron. No llegaron las municiones al frente de batalla operacional, la producción se para. No pueden producir y.al no producir, aumenta la declinación natural de los yacimientos, aumenta la producción diferida y cae la producción de petróleo y gas, esto sucede en muy corto plazo. 

Una empresa de petróleo se mide por su producción, más allá de cualquier discurso o excusa, “conspiración” o lo que sea. Una empresa petrolera se mide por cuánto crudo es capaz de producir. La caída de producción de petróleo en Venezuela, a partir de 2014, desde los 3,015 millones de barriles día del cierre de 2013, hasta los 600 mil barriles día de hoy dia, números acreditados en la OPEP y por distintas fuentes especializadas, es una denuncia, una muestra irrefutable de la pésima gestión del madurismo al frente de la industria, y de la paralización de procesos claves que afectan a todas las operaciones de la empresa. Además, de la “conspiración” y “corrupción”, “falsos positivos” y todas las infamias que ha esgrimido maduro para ocultar su fracaso rotundo en la conducción de PDVSA, ahora se esgrime el argumento de las sanciones. 

Maduro ya lleva 6 años como presidente de la República, ha nombrado 7 Juntas Directivas, ha colocado a sus incondicionales en funciones claves, ha encarcelado más de cien trabajadores y gerentes, ha militarizado la empresa, ha hecho lo que quiere, entrega la empresa, el petróleo, el gas, a las empresas transnacionales rusas y chinas, a sus operadores privados, a través del Decreto 3.360 y los “contratos de servicio”, ha violado la Constitución y la Ley Orgánica de Hidrocarburos, y toda la normativa, ha destruído la moral y el prestigio de los trabajadores y la empresa. Ha hecho de todo con PDVSA y ha sido un desastre.

Si se observa la gráfica y se verifican los números, tomados de los informes de la OPEP, encontramos que, a pesar de que maduro ha tenido todo el control de la industria, como nunca antes en el país,  durante su gestión, la producción de PDVSA ha caído entre 2013 y 2019, en 2,371 millones de barriles día, hemos perdido un 78,6% de nuestra producción de petróleo. Al momento de las sanciones, en agosto de 2017, la producción ya estaba en 1,400 millones de barriles día, es decir, ya habíamos perdido 1,615 millones de barriles día de petróleo, el 53,5% de nuestra producción. Los últimos números reportados en la OPEP de producción de petróleo en Venezuela, nos colocan en sólo 644 mil barriles dia de petróleo, por debajo de la producción de Colombia y muy cerca de la producción de Ecuador, en una tendencia a la baja que no se detiene, sino que se acelera.

Pido excusas por lo extenso de estos artículos de la serie, espero que tengan la paciencia necesaria para extraer de acá los elementos para el debate y la movilización en defensa de PDVSA. Los elementos para comprender cómo ha sucedido la destrucción y ruina de nuestra principal industria son cruciales para poder emprender su necesaria y urgente recuperación.

Estos artículos, necesariamente, se convertirán en una publicación especial, vamos a tratar de aportar datos e información útil para nuestro pueblo, trabajadores, profesionales, estudiantes, al PSUV, a los partidos del Polo Patriótico, a los militares y a los sectores nacionalistas del país.

Vuelvo a alertar al país que, detrás de la destrucción de nuestra empresa, está el propósito deliberado de entregar nuestro petróleo.  Mantendrán a PDVSA como un cascarón vacío, un gestionador de contratos, como hace ahora Quevedo, una empresa incapaz de producir los inmensos recursos petroleros que están en nuestro subsuelo, y que pertenecen a nuestro pueblo.

El próximo domingo seguiremos abordando los elementos de la “ruta de la destrucción de PDVSA”, espero que me acompañes en este esfuerzo de discusión y debate, para dotar a todo el país de elementos para la movilización de los trabajadores y de toda la patria en defensa de PDVSA y de nuestra Plena Soberanía Petrolera.

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