Primicias24.com- Los entornos del poder: Los magnicidios consumados o en grado de tentativa así como la eliminación sistemática de altos personajes de la vida pública nacional han sido una constante en los anales de la historia venezolana.
Los Fouche (camaleones mimetizados dentro de Miraflores) abundan en nuestros episodios republicanos, personajes siempre ubicados en los entornos del poder que terminan por pasar, con más pena que gloria, a la memoria popular.
En el atentado septembrino, del cual salió milagrosamente vivo El Libertador Simón Bolívar, lo salva milagrosamente Manuelita Sáez y su edecán, el irlandés Fergusson, quien murió defendiendo la vida del Jefe de Estado de la Gran Colombia. Previamente hubo informantes y espías vigilantes sobre los pasos de Bolívar.
Sucre muere solo, desprovisto de escoltas, en una emboscada en ese sinuoso camino de la montaña en Berruecos. No había manera más fácil de matar al Libertador que enterrar al sucesor inmediato, al genial militar cumanés que solo contaba con 35 años.
José Antonio Anzoáteguí, jefe de la guardia de honor de Bolívar, muere envenenado en Pamplona – Colombia, tras una cena de celebración de su cumpleaños. Al bravo y corpulento gigantón José Francisco Bermúdez, “Juan Pueblo”, lo mata de un pistoletazo, en Cumaná, el joven Rafael Berrizbeitia.
A Ezequiel Zamora lo mató una bala de su propio bando, el francotirador apostado en el campanario de la iglesia de San Juan Bautista de San Carlos, era del entorno cercano de edecanes de su cuñado, escolta de Juan Crisóstomo Falcón.
Al Presidente Francisco Linares Alcántara lo envenenaron en un banquete en la Guayra y murió tras largos nueve días de agonía, fue el primero en morir en el ejercicio del cargo.
Banqueros oligarcas Intentaron matar varias veces a Cipriano Castro. Pero lo asesina políticamente su compadre del alma J.V. Gómez, quien le había jurado fidelidad eterna y visitaba todas las tardes a la primera dama, Doña Zoila, para mostrar los respetos a la autoridad y no levantar ni la más mínima sospecha.
Recientemente hemos presenciado en vivo, y sin que quepa la menor duda de ello, el intento de magnicidio del Presidente legítimamente electo Nicolás Maduro Moros.
Queda la pregunta: ¿Quién mató a Hugo Chávez Frías? Seguramente dentro de los ingredientes de esa misteriosa muerte actuaron banqueros, ex ministros, enemigos jurados que una vez fueron íntimos hermanos del alma, escoltas, y agentes de organismos de inteligencia (MOSAD, CIA y Colombia). Como en todo crimen la pregunta de rigor es: ¿A quién beneficio su muerte?
En el Aló Presidente nro. 367 del 14 de noviembre de 2010, desde El Palacio de Miraflores, el Comandante Eterno Hugo Chávez, analiza las causas de la muerte del Teniente Coronel Carlos Delgado Chalbaud.
Esto dijo el comandante Chávez:
“Un día como ayer asesinaron a un gran presidente que hubo aquí. Era un hombre joven, hijo de un mártir que también luchó contra Gómez durante muchos años y murió batallando contra Gómez, Román Delgado Chalbaud.
Conoció a mi abuelo, se conocieron Pedro Pérez Delgado, el último hombre a caballo, Román ya no era de a caballo, pero Román Delgado fue uno de los que vino en el barco aquel, el Falke, que desembarcó en Cumaná y Román Delgado Chalbaud murió allá en un puente en Cumaná y era compadre de Gómez. Estuvo 14 años preso de Gómez. Cuando lo liberó Gómez, se fue, organizó la expedición, desembarcó por Cumaná y allá murió con un grupo de patriotas contra la dictadura de Gómez que era una dictadura de la burguesía y era una dictadura de los Estados Unidos que se estaban llevando y se llevaron el petróleo como les dio la gana.
Junto con Román Delgado en el Falke venía un adolescente, su hijo Carlos Delgado Chalbaud. Cae preso, era ahijado de Gómez, Carlos Delgado. Lo manda Gómez, su padrino, al exilio con la mamá, la viuda.
Se preparó en Francia, retornó al país, militar, ingeniero, hombre culto, casado con una mujer que fue líder del Partido Comunista de Francia, un hombre que incursionó en el pensamiento, era progresista.
Este libro me lo envió José Vicente Rangel, ese buen amigo, se lo agradezco mucho, de Federico Vega. Recomiendo mucho este libro, tremendo libro, una novela. Es el sumario, la investigación que se hizo sobre el asesinato del presidente Carlos Delgado Chalbaud un día como ayer hace 60 años. Lo mataron miserablemente y cobardemente saliendo de su casa en las Mercedes, venía para acá un día de trabajo, un día lunes por la mañana.
Los testigos, aquí está la declaración de un testigo y así comienza el libro:
“Juzgado del municipio Baruta 13 de noviembre de 1950. En el día de hoy, 13 de noviembre de 1950, a las 10:15 am, este juzgado conoció por una llamada telefónica que en la calle La Cinta de la Urbanización Las Mercedes se había cometido un crimen. El tribunal de inmediato se trasladó al lugar en compañía del Dr. Manuel Álvarez Valverde, médico rural de esta población.
Al llegar al sitio observamos un gran número de agentes de policía y militares, y se encontró en una parte de la calle La Cinta a un hombre gravemente herido en posición de cúbito a supino con el brazo izquierdo doblado y la frente apoyada en él.
A simple vista se le pudo observar un orificio de un tiro de fusil en la parte superior derecha de la espalda, y una herida en la parte superior de la cabeza rasgando el pericráneo a la altura del occipital. Como aún tenía vida, el tribunal ordenó inmediatamente su traslado a un centro curativo en una radio patrulla”.
Este era el capitán Bacalao Lara, edecán de Carlos Delgado, sobrevivió
Un hijo de él fue compañero mío en el ejército, Bacalao Vonschambert.
“Un poco más adelante el tribunal encontró un automóvil del color negro atravesado en la vía, marca Chevrolet, placa número 2451 frente a una quinta denominada Mariza. En el puesto trasero había un hombre muerto recientemente con la espalda y el brazo derecho extendido sobre el asiento, el brazo izquierdo apoyado en el pecho y las piernas dobladas como si estuviera arrodillado en el piso del vehículo. Presentaba una herida con arma de fuego en la sien derecha, vestía camisa marrón clara y pantalón azul y portaba un sombrero negro al parecer de obrero.
A continuación, el tribunal se dirigió hacia la quinta Mariza subiendo por una rampa de asfalto y entrando por una amplia reja de hierro a un patio de granzón pisado. Dentro del patio, como a metro y medio de la reja, yacía el cadáver de un hombre de color blanco acostado boca abajo y sobre un charco de sangre que manchaba sus cabellos castaños. El cuerpo bien conformado presentaba una herida de entrada con arma de fuego en la línea preauricular izquierda, otra herida de forma redondeada a nivel del borde superior del pabellón de la oreja, heridas contusas en la región parieto-occipital y en la espalda, perdida de la piel como de un centímetro de diámetro hacia el molar derecho, un orificio de arma de fuego con bastante tatuaje de pólvora …”. No sé cuantas heridas, lo masacraron.
“El cadáver no presentaba otras características ni estaba aún bajo el imperio del rigor cadavérico, aunque se observó en el suelo mucha sangre en estado de coagulación. Frente a la puerta principal de la casa en la base de un pequeño brocal de cemento, encontramos otro gran charco de sangre en forma de coágulo. El cadáver hallado e identificado por el tribunal como por el Teniente Coronel Luis Felipe Llovera Páez, fue conducido directamente al Hospital Militar y resultó ser el comandante Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela”.
¿Por qué mataron a Delgado Chalbaud? Quedó la pregunta para siempre ¿Quién mató a Delgado Chalbaud?
Delgado Chalbaud llegó aquí. No tenía él ningún plan, según conozco, para llegar aquí. Sólo que estábamos recordando hace poco con Fidel en unas conversaciones muy largas de cerca de 15 horas en varias entregas, cuando él estuvo aquí en Caracas la primera vez.
Era Rómulo Gallegos presidente, 1948, dos años antes de que ocurriera este asesinato, este magnicidio y era el del Gallegos un gobierno que bueno era de izquierda sin duda Rómulo Gallegos. Hay que leer nada más Canta Claro, hay que leer Doña Bárbara para percibir el espíritu de aquel hombre, las ideas de Rómulo Gallegos.
Rómulo Gallegos pretendió desarrollar un gobierno independiente, soberano, Santos Luzardo contra Doña Bárbara, la barbarie. Bárbara viene de barbarie, inventó ese nombre Bárbara por barbarie, aun cuando conozco muchas Bárbaras que no son de una barbarie, pero él inventó ese nombre Doña Bárbara. Santos Luzardo, Santos Luzardo, el sueño de un país moderno, igualitario, eso fue y es Santos Luzardo, es el combate contra el esclavismo, contra el latifundio, contra el capitalismo.
Derrocan a Gallegos y en ese maremágnum de cosas aparece el prestigioso militar que era, el culto militar que era el comandante Carlos Delgado y lo eligen presidente de la Junta de Gobierno que conformaban junto con él dos militares más: Llovera Páez y Marcos Pérez Jiménez.
Muchos dicen que fue Pérez Jiménez quien mandó a matar a Delgado Chalbaud. Aquí está el sumario, de todos modos ahora voy a leer y a profundizar en esto.
Ahora, yo tengo mis hipótesis así como Rómulo Gallegos. Y él mismo lo dijo desembarcando en el avión que lo llevó al exilio a La Habana: “Me derrocaron los yanquis. Me derrocó el petróleo”. Dicho por Rómulo Gallegos, porque él pretendía recuperar el control del petróleo, la economía del país para el desarrollo del país, los recursos de nuestro país que se los estaba llevando drácula, el imperialismo.
Desde 1914 empezaron a llevarse el petróleo de aquí y fuimos el primer exportador mundial. Por esos años éramos primer exportador mundial de petróleo, desde 1926 hasta 1970, y hoy somos todavía y seremos por mucho tiempo uno de los más grandes productores y exportadores mundiales de petróleo. Hoy tenemos la reserva más grande del mundo.
Llegó Carlos Delgado a presidente y también era un militar nacionalista, progresista. La primera delegación petrolera que salió de Venezuela a Teherán la mandó Delgado Chalbaud, a reunirse con Mosadeh, aquel líder iraní que también fue derrocado por la CIA, que quería recuperar el petróleo de Irán para los iraníes, como Delgado Chalbaud que quería recuperar el petróleo de Venezuela para los venezolanos, lo mataron. La mano del imperio yanqui, no tengo duda, estuvo detrás del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud.
Todos los presidentes, los gobiernos que trataron de recuperar para los venezolanos y venezolanas, nuestros niños, el recursos económico más importante que hemos tenido en este siglo que hemos pasado, todos han sido derrocados, inclúyanme ahí, o asesinados, sin excepción. Y detrás de todos esos golpes y magnicidios ha estado la burguesía venezolana y más allá sus amos: el imperio yanqui.
Eso es importantísimo que nosotros sigamos asumiéndolo, la Venezuela decente, para que entendamos bien lo que hoy está pasando y lo que seguirá pasando, porque aquí seguirán conspiraciones.
Aquí hay gente que sigue pensando que a Chávez hay que hacerle lo que le hicieron a Delgado Chalbaud y yo seguiré cuidándome hasta donde pueda, con mi equipo, el Capitán Morales, estos muchachos que dan la vida y yo les agradezco tanto, la vida todos los días, todos los compañeros civiles y militares. No duermen, están empeñados en que vivamos pues y en que haya patria. Civiles y militares, los cuerpos de seguridad de inteligencia que actúan y nadie sabe cuántas conspiraciones se han neutralizados y siguen y seguirá habiendo.
Hugo Chávez. Aló Presidente 367. Palacio de Miraflores. 14 de noviembre de 2010.”
En el curso del programa dominical televisivo el máximo líder de la Revolución Bolivariana recomendó ampliamente un libro que le fuese regalado por el Dr. José Vicente Rangel, titulado “Sumario” cuyo autor es el arquitecto Federico Vegas.
El autor es sobrino de Rafael Vegas, quien acompañó a Román Delgado Chalbaud y a su hijo, el biografiado Carlos Delgado Chalbaud en “El Falke, intento fallido de derrocar a Juan Vicente Gómez.
Rafael Vegas fue figura importante en el ámbito de la educación laica de avanzada, seguidor de la filosofía educativa y prácticas docentes del maestro Rómulo Gallegos y Luis Beltrán Prieto Figueroa, y fundador del Colegio Santiago León de Caracas.
“Sumario” es una biografía de Carlos Delgado Chalbaud estructurada desde el expediente que sustanció el tribunal de la causa de su asesinato, con el factor coadyuvante de todos los hechos reales constatados por los sobrevivientes que conocieron tanto al Presidente de la Junta Militar, como a los que perpetraron el magnicidio.
Lo que no se atreve a revelar el libro es el asunto de que en todo magnicidio hay complicidad interna, y ese es un factor determinante porque son los informantes que rodean al objetivo quienes facilitan los datos suficientes para la comisión del crimen.
Tampoco desarrolla el tema de que la muerte del Presidente Delgado Chalbaud fue virtualmente un Golpe de Estado. Los autores materiales e intelectuales veían al Tte. Coronel Delgado como un Militar Rojo, casado con una de las fundadoras del Partido Comunista de Francia, quien negociaba asuntos de alta Política de Estado con Leonardo Ruiz Pineda, quien a su vez no era bien visto por el Aparato Especial clandestino de AD, brazo terrorista que también tenía en planes la ejecución del primer mandatario nacional.
Las implicaciones indirectas de las embajadas de Nicaragua y República Dominicana en la época de la Internacional de los Sables, de las cuales Chapita Trujillo, en Santo Domingo y Somoza, en Managua, eran sus conspicuos y connotados asesinos. Así como la intervención del FBI en las investigaciones del caso. ¿Por qué el FBI?
Eso que llaman “Los Entornos del Poder” son, en la complicidad de su camuflaje, una serie personas sembradas en círculos concéntricos que rondan al objetivo a matar. Los pueden sembrar en los espacios íntimos, espacios laborales, dentro del personal que labora en casas u oficinas y dentro de los cuerpos de seguridad. Delgado Chalbaud tuvo los suyos.
La displicencia del Jefe de la Casa Militar por dotar de la debida protección con escoltas diestros y prestos a dar la vida por su protegido. El único personaje digno de heroísmo lo constituyo el Teniente Bacalao Lara quien actuó de chaleco antibalas para evitar la inevitable muerte de su Comandante en Jefe.
Tanto disfrutó el Comandante Chávez de este buen libro, que a pesar de sus muchas lagunas, lo recomendó como de debida lectura.
Artículo escrito por: Alejandro Carrillo
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