Primicias24.com- Cuando ya transitamos la sexta semana de la cuarentena, no existe ninguna duda de la forma exitosa en la cual nuestro país ha afrontado la batalla contra la propagación del coronavirus.
Por un lado, el presidente Nicolás Maduro Moros, ha mostrado una vez más en medio de esta crisis por la cual atraviesa la humanidad entera, las dotes de estadista que le siguen negando quienes continúan subestimándolo, tomando oportunas y acertadas decisiones, para ofrecer resultados positivos en el período, contando además con un equipo en el cual ha sabido combinar el trabajo científico con una información transparente, permanente y veraz, conteniendo la marejada de noticias falsas, con fines desestabilizadores, diseminadas por los enemigos internos y externos del país, desesperados por no encontrar los cientos, miles de muertos que pudieran abrir la brecha para la intervención militar.
El comportamiento del pueblo también ha estado a la altura de este nuevo reto, en una demostración de patriotismo, solidaridad y lealtad a los valores humanísticos rescatados por nuestro eterno comandante Hugo Rafael Chávez Frías y conservados por el propio presidente Maduro.
Ello ha permitido este alentador balance, en medio de todo el bestial, criminal asedio al cual continuamos siendo sometidos por los genocidas de Washington y sus mandaderos.
Sin embargo, nunca faltan quienes, literalmente, no tienen paz con la miseria, aquellos que solo piensan en sus intereses individuales por encima de los del colectivo; esos en quienes la codicia experimenta un crecimiento exponencial.
Como consecuencia de ellos, tenemos que el principal foco de contagio en todo el país es el de la academia de béisbol “Roberto Vahlis” en Nueva Esparta –hasta el momento de redactar este artículo llevaba 63 afectados-, cuyos dueños –con la complicidad de la gobernación de esa entidad-, ignoraron la cuarentena dictada por el Ejecutivo nacional, manteniéndola abierta a la espera de un “show case” en el cual esperaban la firma de varios prospectos por organizaciones de Grandes Ligas, que les dejaría jugosas comisiones.
También están los comerciantes, desaforados en la especulación, disparando de manera exorbitante los precios en la mayoría de los productos, en una escalada nada espontánea, con fines muy oscuros, como siempre: los de provocar un estallido social, y a quienes es imperativo que el Gobierno nacional poga un inmediato freno.
Esa codicia, representada en los comerciantes de seres humanos y de bienes esenciales para nuestra cotidianidad, forma parte de los enemigos a vencer por el pueblo venezolano.
De esta batalla también saldremos victoriosos, no hay dudas, afianzados en todos los principios en los cuales hemos venido macerando cada una de nuestras victorias a lo largo de estos 21 años, en combate frontal junto a nuestro Gobierno Bolivariano.