Connect with us

Hi, what are you looking for?

Primicias 24

Opinión

Javier Rovira: La triada de Mario Briceño Iragorry (individuo- región – patria)

Primicias24.com.- Partiendo de la  máxima ¨no podemos ser buenos trabajadores , buenos servidores públicos , buenos estudiantes o sencillamente buenos ciudadanos  si no somos buenos Venezolanos¨ , si no nos  duele el país o si no tenemos conciencia de lo que  Mario Briceño Iragorry  denomina la triada ( individuo- región – patria), que es donde se encuentran  y hay que buscar los verdaderos  elementos de soberanía y nacionalismo , ya que   de no hacerlo estaríamos sumergidos como sociedad , país  y nación en una crisis  por años  y décadas .

En el libro Mensaje sin destino , obra editado por el muy culto intelectual y poeta trujillano ,  plasma las  apreciaciones históricas y sociológicas de la Venezuela en la década comprendida a partir del año  1950 . En esta obra  Briceño Iragorry  sin lugar a dudas parte de una tesis que  tiene mucha  vigencia  ¨la crisis cultural e histórica de nuestra sociedad  ̈ que ramifica y desencadena en otras crisis . Mensaje sin destino se compone  de 17 capítulos que tratan de enfocar desde distintas perspectivas nuestra crisis de pueblo. Al leerlo pareciera que son una serie de críticas bien elaboradas, pero al analizarlo con detenimiento se concluye que en esas críticas está la solución. Y no una solución como un proyecto político, sino como planteamientos a implementar de manera general cuyos  resultados se verán a largo plazo.

El autor hace énfasis  en  que nosotros los Venezolanos  carecemos de memoria histórica, recitamos hechos y fechas de memoria sin el menor análisis, estudiamos  nuestro pasado fragmentado en presidencias o períodos, sin entender que la historia es ante todo continuidad, una serie de sucesos interrelacionados que no pueden ser analizados de manera independiente.

Mario Briceño no deja pasar  el desdén que hacen de la historia colonial, y  señala que es por ello que no hemos defendido nuestras fronteras ante el despojo de Guayana. Nos hemos dedicado como país y sociedad  a alabar la gloria militar , dice M B Iragorry  ̈ desconociendo que la historia la hacen los ciudadanos con sus costumbres y tradiciones. Y atribuye gran parte de la responsabilidad de esto a la pedagogía con la que se enseña la historia desde los colegios: La historia no puede ser elaborada en base a posiciones maniqueas: leyenda negra o leyenda dorada; desprecio por los diferentes procesos y gobiernos , exaltación de las dictaduras o calificar a los gobiernos por colores .  Resalta la poca o inexistente importancia que se le da a los civiles  en la historiografía  nacional , ya que en ellos es que residen los valores que todo habitante debe defender. Insta a seguir el modelo de otros países que, conociendo las virtudes y escollos de sus personajes insignes, hacen su historia con vocación de permanencia. Es de naciones civilizadas y desarrolladas la aceptación y respeto por el otro, garantía de la convivencia pacífica de los pueblos.

De las pocas críticas que se le pueda hacer a este importante libro , es que  exacerba el nacionalismo , allí se condena la influencia extranjera de costumbres para la época ,  y  coloca como ejemplo  el del nacimiento navideño, que ya empieza a ser sustituido por el pino norteamericano. Adicionalmente se señala una preocupación por la inmigración que por esos años venía a nuestro país: advertía el autor su temor por el que los europeos no se acoplaron a nuestra cultura y fundaron localidades aisladas del resto del país, como la Colonia Tovar. Afortunadamente el tiempo le quitó la razón a Don Mario Briceño , pues la cultura misma se fortalece con elementos externos: el idioma y el mestizaje por ejemplo, que son producto de un proceso donde se fusionan diversos factores condicionados por la cultura de los pueblos. En el caso de la Navidad, han coexistido armoniosamente en nuestra sociedad el pesebre y el arbolito , nociones ,tesis y nuevos planteamientos teóricos como sincretismo cultural o antropológico o tribus emocionales son  acuñadas en las ciencias sociales en años posteriores .

Es importante tener en consideración la crisis  o crisis del pueblo, hoy más latente que nunca en nuestro país: somos nosotros los que hacemos la historia y los  verdaderos dueños de ella. Y nuestro deber es rechazar las tergiversaciones y manipulaciones que se hagan a nuestro pasado.

En palabras del Historiador Larense  Manuel Caballero, debemos  tener conciencia popular de la fuerza propia, es decir, ser conscientes de que son nuestras propias acciones, ora en una dimensión individual, ora en un plano colectivo, las que edifican nuestro devenir. Aceptar que la protesta pacífica y el voto son los mecanismos por los que nos expresamos.

A nuestro entender la crisis de pueblo sigue viva más  que nunca, al igual que el resto de las crisis nacionales  de educación ,trabajo ,salud ,servicios y vivienda . Es uno de los tantos desafíos de la Venezuela del porvenir el resolverla si queremos alcanzar los designios a los que nuestro país está destinado.

Mensaje Sin Destino es un texto reflexivo, afectado por el escenario en que se desenvuelve el país durante la década de los cincuenta ;  apenas se mostraban las primeras manifestaciones, de lo que llamaría “crisis de pueblo”, pero él,  intuía con preocupación lo por venir. Con un pensamiento patriótico, manifiesta que esta “crisis de pueblo”, es producida por la falta de sentido histórico del pueblo venezolano.   El autor presenta una perspectiva histórica y personal, citando distintos autores que analizan la situación de Venezuela.  Tomando a Arturo Usalr Pietri como punto de inicio, el cual señala el proceso cultural del país encadenado a una presunta crisis literaria en Venezuela.  Coincidiendo en algunos puntos con Uslar, pero difiere al establecer que la crisis existente en el país , más que ser una crisis literaria es una crisis de pueblo, en función a una perspectiva histórica, presentada desde un criterio Calvinista en donde se compensan carencias sociales y se rellenan con extranjerismos o multiculturalismo que quiebran nuestra cultura dándole continuidad a los procesos de epistemicidio colonial , M Briceño Iragorri  observa que el país carece de responsabilidad y  que nos aqueja en demasía la presunción y por ello encuentra que somos una nación antihistórica .  Profesaba que antes de sembrar el petróleo primero había que sembrar cultura, esto como crítica a la dependencia del petróleo en esa época. A través de sus ensayos se dedicó a resaltar la patria, la identidad, la república, las costumbres, tradiciones y la nacionalidad como elementos para fortalecer a la nación.

“ Nos hemos acostumbrado a tener una historia preferentemente bélica, repleta de la “liturgia de la efemérides” y, como consecuencia de ello, nuestros escritores de historia se han referido muy pocas veces en sus obras a los valores de la historia civil, a los hechos constructivos de los tiempos de paz”.  Es por ello que los historia se concibe como un conjunto de escritos y relatos parciales de las regiones y elaborado por las regiones , denotando una imagen superficial de los héroes del ayer, un ejemplo de ello es  S Bolívar, como cualquiera se siente capaz de tener derecho de interpretar sus pensamientos, en vez de entender las ideas del sujeto histórico , sólo buscan imitarlo y agrandar su gloria, sin comprender su  doctrina  e ideología.

La obra literaria de Mario  Briceño afronta de manera aguda y tenaz la crisis que acongoja al pueblo venezolano. Una crisis que no parte, según él, de nuestras capacidades como colectivo, más bien, de nuestro pobre sentido de responsabilidad sostenido sobre la base de falta de examen de nuestros propios recursos, al servir desde posiciones que nos resultan imposibles de dar rendimiento alguno.

Crisis que apunta a señalar el poco sentido político de nuestras acciones sociales y culturales. Crisis que nos ha desnudado, muchas veces, como un pueblo que no tiene conciencia de su aprendizaje ni cómo logró dicho aprendizaje, cuya máxima expresión es la incomprensión entre unos y otros, es decir, la negación de sentir al otro en su diversidad, de allí que, toda acción política será inútil si sigue desprendiéndose de esta realidad. Briceño-Iragorry, en tal sentido, llama a la construcción de una conciencia histórica que no es otra cosa que el horizonte capaz de poner límites a toda expresión absolutista donde sea que se produzca.

“Precisa no olvidar que el mundo, como idea y como voluntad, jamás podrá representarse por medio de monumento de un solo estilo, sino como construcción dialéctica donde armonicen las contrarias expresiones del pensamiento y del querer humanos”.  El actual estado de cosas en relación con nuestro país, en el cual pareciera quererse imponer un paradigma “igualitario por abajo” sin contrapeso de ningún tipo. ¿Cómo es posible que se trate de imponer un tal paradigma con exclusión de los demás? Es algo fácilmente calificable como “antinatura” y, conociendo de la vida, está destinado tarde o temprano al fracaso

El contenido nacionalista de Briceño-Iragorry  marca una ruta en el sentido de desenmascarar a la clase dominante y a sus intereses, a quienes hoy no tardan en aliarse con el enemigo de la patria en pos de algún mendrugo, a pensar el cuerpo nacional como un todo único, a la valoración de nuestro ser patriótico.

El dramático y escéptico llamado de auxilio de Mario Briceño Iragorri escrito en su Mensaje Sin Destino hace setenta años, mantiene  plena vigencia: Venezuela sigue hundida en su “crisis de pueblo”. Hoy es más carente de conciencia histórica que a mediados del siglo XX. Un caso de brutal regresión histórico cultural que explica los flagrantes casos de desaforado enriquecimiento ilícito, corrupción desenfrenada y saqueo del erario jamás cometido a estas escalas y dimensiones de miles y miles de millones de dólares en nuestra historia  republicana acompañados de un éxodo migratorio forzado y una hiperinflación .

El concepto de la historia en Mario Briceño Iragorry pervive como la “justa memoria” que media entre las conmemoraciones y el olvido. En este sentido, la historia es “acople” entre el “ser” y la patria; “Para amar la patria debemos amar su historia, y para amarla en su totalidad, necesario es conocer y amar su historia total” (La unidad de nuestra historia.)  Aquí Briceño Iragorry sugiere a manera de historia total la conjunción de la historia colectiva y la historia local. La justa memoria frente a lo cronológico especulativo que está más cerca del olvido, como en el olvido sume la “historia” petrolera a la cultura de la tierra, la que ha perdido su alegría. Porque Briceño I siempre se opuso a la constitución de la historia como abuso de la memoria, porque en ese abuso contra la memoria; las ideologías la someten al olvido y las conmemoraciones al recuerdo; es por ello que para M B  Iragorry será la memoria reflexiva .

La Función de la Historia,según el brillante  intelectual Andino , es mantener viva la memoria de los valores que sirven de vértebra al edificio social. Su objeto es presentar las formas antiguas como elementos indispensables para el proceso de reelaboración de cultura que corresponde a cada generación. No se puede mejorar lo que no se conoce. No se puede crear cuando se ignora la resistencia de los elementos donde se fundará la nueva obra” [Introducción y defensa de nuestra historia.

La intención de  Briceño Iragorry  es crear a  partir de la triada individuo – región – patria, como el sustento de todo principio de interpretación histórica que debe comenzar con el individuo mismo y su conexión con el espacio local para luego ensancharlo con el colectivo que involucra la noción de patria a modo de dechado de virtudes; “El hombre, tanto por su valor de individuo como por su significado integrador de las entidades sociales, pueblo, religión, ejército, raza; es el verdadero sujeto de la Historia. Sujeto en la actividad de crear hechos, y sujeto en la pasividad de estar incluido en la propia realidad de los procesos colectivos”.

Por: Javier Rovira

También te puede interesar

Copyright © 2020 Primicias24.com