Esto se hizo oficial el 1 de enero de 1976, bajo la gestión ministerial de Valentín Hernández Acosta
Primicias24.com- El petróleo para los venezolanos es un elemento determinante en la transformación política, económica y social, por ser el principal recurso de sustento económico del país. Fue gracias a esto que bajo el Gobierno de Carlos Andrés Pérez, el 29 de agosto de 1975, se toman medias para nacionalizar la industria.
Se convirtió en Ley Orgánica, cuando el Presidente Carlos Andrés Pérez puso el “ejecútese” a una ley conocida como Ley de Nacionalización del Petróleo. En ella se reserva al Estado Venezolano la exploración, explotación, manufactura, refinación, transporte y comercio del petróleo, asfalto y todo tipo de hidrocarburos.
De esta manera el 31 de diciembre de 1975 quedaron extinguidas las concesiones petroleras, anulando el derecho de realizar actividades de la industria a quienes se les había otorgado, es decir, las compañías trasnacionales.
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Sin embargo, esto se hizo oficial el 1 de enero de 1976, bajo la gestión ministerial de Valentín Hernández Acosta, y junto a él vino el nacimiento de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA).
Desde ese primer día del nuevo año (1976), el Gobierno de Pérez anunció, con bombos y platillos, que pasarían a manos del Estado todas las propiedades, plantas y equipos de las compañías concesionarias extranjeras Shell, Exxon y otros inversionistas, así como los activos de los concesionarios venezolanos. El fundador de la OPEP, Juan Pablo Pérez Alfonso, declaró en su oportunidad que aquel proceso había sido «una nacionalización chucuta».
Todas las compañías petroleras extranjeras que una vez hicieron negocios en Venezuela, fueron reemplazadas por empresas venezolanas filiales de PDVSA que controla la actividad de explotación de hidrocarburos en Venezuela. En 1986, PDVSA compró el 50 % de las acciones la empresa estadounidense Citgo, adquirió el resto en 1990, y actualmente es una de las empresas petroleras más grandes del mundo.
Entre 1990 y 1999, la producción industrial de Venezuela se redujo de un 50% a un 24% del producto interno bruto del país en comparación con una disminución de 36% a 29% para el resto de América Latina.
En lo alto de todas estas cuestiones, la eficiencia de PDVSA estaba en tela de juicio en los últimos años. De 1976 a 1992, el monto de los ingresos de PDVSA, que se destinó a gastos de la empresa fue, en promedio, del 29% dejando un resto de 71% para el Gobierno.
Fueron tres décadas de sometimiento, desde 1974 hasta el año 2002 cuando, producto de las acciones revolucionarias, de la aprobación de la nueva Ley de Hidrocarburos y de las presiones del pueblo y los trabajadores, la vieja PDVSA explotó por dentro.
“En ese momento, los mecanismos de dominación instalados allí durante tanto tiempo, empezaron a crujir y estallaron, para luego desencadenarse el golpe de Estado de abril de 2002. Lo demás es historia, pudimos derrotar ese golpe y la conspiración que vino después para entrar en enero del año 2003 en la primera etapa de una verdadera nacionalización del petróleo en Venezuela”, afirmaba el expresidente Hugo Chávez en aquel entonces.