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Un trepidante «Blackberry» alegra el arranque de una Berlinale apocalíptica

Primicias24.com La canadiense «Blackberry», una película tan trepidante como lo fue el auge y derrumbe de los primeros teléfonos inteligentes, alegró la primera jornada a competición de la Berlinale, mientras que el australiano Rolf de Heer aportó un apocalíptico filme sin diálogos.

El realizador Matt Johnson, director y protagonista de «Blackberry», trasladó al festival a los geniales innovadores de la telefonía móvil confrontados con los tiburones del gremio.

Su personaje es Doug, el más «freak» entre los colegas de Mike Lazaridis -interpretado por Jay Baruchel-, el jefe de una provinciana empresa canadiense formada por colegas que se comportan como bebés grandes.

«Nunca tuve un ‘blackberry’, mi padre sí. Es un producto de otra época», afirmó Johnson, quien compareció con el mismo «look» que en el filme, mientras Baruchel, a su lado, aseguraba que la marca es «un orgullo para Canadá» frente a la superpotencia de Estados Unidos.

Johnson y su actor hicieron alarde ante la Berlinale de aquello que da fuerza a su película: diálogos rápidos, respuestas incisivas, dinamismo y el mismo aire de camaradería con que nació su prodigio.

Su primer tiburón es Jim Balsillie -el personaje de Glen Howerton-, al que se unirán otros depredadores, además de ingenieros reclutados entre la competencia con contratos fraudulentos. Juntos lanzarán el «Blackberry que durante diez años dominó la telefonía móvil, hasta que un ingenio superior llamado iPhone lo degradó a obsoleto.

El villano no es, sin embargo, ni la competencia «Made in China» ni Steve Jobs, sino los tiburones internos, además de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que indaga en los fraudes.

«Blackberry» es el tercer film del canadiense, tras «Dirties» y «Operation Avalanche». Johnson envuelve deliberadamente su cámara en el caos, entre saltos de imagen, órdenes y contraórdenes inapelables y miradas de desconsuelo de los bebés grandes a los que se les rompe el juguete.

El filme está basado en el best seller «Losing the signal» y da ocasión para reflexionar sobre la dependencia generada por unos aparatos que iban a resolver el día a día del usuario, pero que acaban esclavizándole.

El canadiense levantó una jornada programada para presentar las tres primeras de las 19 aspirantes a los Osos del festival. Las otras dos eran la australiana «The survival of Kindness», de De Heer, y la primera de las cinco representantes alemanas a concurso, «Irgendwann werden wir uns alles erzählen» -«Someday we’ll tell each other Everything»-, de Emily Atef.

La cámara de De Heer atrapa al espectador en la dura imagen de una mujer negra, abandonada dentro de una jaula oxidada en un desierto, atravesado por hormigas rojas. Ahí la deja un grupo de hombres blancos que se comunican entre sí en un lenguaje ininteligible y cubiertos con máscaras de gas.

Es un film sin diálogos, más allá de los ruidos ininteligibles. Discurre entre aldeas devastadas por los hombres blancos que enferman en una atmósfera apestada, fábricas tóxicas y una travesía por el desierto en que el primer alivio serán unas botas viejas, pero donde mejorar el calzado significa acercarse a una civilización en vías de extinción.

El filme de Atef topó en su pase para los medios con probablemente lo peor que puede ocurrirle a una película: que los momentos supuestamente de mayor intensidad provoquen risas.

La realizadora, nacida en Berlín y de raíces franco-iraníes, concursó en la Berlinale dos años atrás con «3 Days in Quiberon» y volvía con la historia de un reencuentro en una granja perdida de la Alemania oriental entre parientes del este y del oeste alemán, tras la caída del Muro.

En paralelo discurre una historia de amor con ribetes literarios entre una muchacha que pasa del amor adolescente a la pasión adulta. Las risas ante escenas que querían ser sensuales, pero parsimoniosas, fueron inclementes.

Con esas películas se abrió la carrera hacia los Osos, que entregará el jurado presidido por la actriz estadounidense Kristen Stewart y con la directora española Carla Simón entre sus miembros. En los próximos días se presentarán el resto de candidatas, entre ellas «20.000 especies de abejas», de la española Estíbaliz Urresola, y «Tótem», de la mexicana Lila Avilés. EFE

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