Las avispas parasitoides, por ejemplo, actúan como controles biológicos de insectos que son plagas para la agricultura
Primicias24.com- Un grupo de científicos advirtió la naturaleza está en proceso de perder a sus parásitos, esos organismos que obtienen su sustento de otros organismos vivos y que son históricamente asociados con enfermedades. Los expertos refieren que cuentan con pocos defensores, pese a estar seriamente amenazados.
El rechazo con respecto a los parásitos, en parte, se debe a que «la experiencia que la mayoría de la gente tiene con ellos es tenerlos dentro de su cuerpo», explicó a BBC Mundo Chelsea Wood, experta en ecología de los parásitos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos.
Wood, coautora de un estudio que incluye un detallado plan para conservar a las diminutas criaturas, agregó que «no son las cosas más placenteras de tener dentro del cuerpo, es lógico que la gente los odie».
Sin embargo, explicó que se tiene mucha menos experiencia en torno a ellos, en el lugar donde son más comunes y más diversos: “en la vida silvestre, que es donde realmente cumplen funciones muy importantes».
Las avispas parasitoides, por ejemplo, actúan como controles biológicos de insectos que son plagas para la agricultura, «permitiéndonos ahorrar miles de millones de dólares al año en este sector» de la economía, según explicó al mismo medio Skylar Hopkins, profesora de Ecología Aplicada de la Universidad del Estado de Carolina del Norte en Estados Unidos.
Para explicar el movimiento de los parásitos, Wood usó el ejemplo de uno de ellos que ataca el cerebro de un pez en la costa. “El parásito manipula al pez para nadar como loco y hacerse muy visible para las aves, que acaban devorándolo”, expresó.
Resaltó que “esto es lo que le conviene al parásito para entrar la siguiente fase de su ciclo de vida que tiene lugar en el pájaro, pero, accidentalmente, con su comportamiento genera más “biomasa”, disponible para sustentar una mayor población de depredadores”.
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La selección natural favorece a esos parásitos que no se quedan quietos dentro de la presa esperando a que se la coman, sino que ayudan en ese proceso. “Esa es la razón por la que vemos manipulación de la conducta en los parásitos en todo el mundo», acota la investigadora.
Cabe aclarar que las especies que los investigadores se proponen conservar no son las que afectan directamente a los seres humanos o a los animales domésticos (protozoos, helmintos y ectoparásitos), sino las que pueden ser útiles para la conservación de otras especies, plantas e incluso alimentos, cuya cantidad aún no es calculada, ni clasificada.