Debido a que el sueño es muy sensible a las alteraciones de la salud física, mental y a las variaciones de las condiciones ambientales
Primicias24.com.- De acuerdo con un estudio realizado por los doctores Juan A. Pareja y Emilio Gómez-Cibeira, de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quironsalud Madrid y del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, la pandemia incrementó la percepción de estrés agudo (16%), la ansiedad (19%) y la depresión (25%), los cuales son causas comunes del insomnio.
Debido a que el sueño es muy sensible a las alteraciones de la salud física, mental y a las variaciones de las condiciones ambientales. Estas modificaciones generan estrés, que puede definirse como la reacción al “cambio”, lo que suele interferir con la conciliación o el mantenimiento del sueño (insomnio) y repercutir sobre el funcionamiento diario.
A ello se le sumó la incertidumbre sobre la posible evolución de una pandemia, que ya perdura a lo largo de muchos meses, lo que creó un considerable desasosiego en la mayoría de adultos.
También influye el confinamiento que afecta la regulación de los ciclos sueño-vigilia.
Todos ellos acumulados favorecen el insomnio, generan cansancio, somnolencia diurnos y desarrollan unos horarios de sueño y vigilia desordenados.
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Por otra parte, señalan que los pacientes afectados por COVID-19 comunican padecer insomnio, apatía, cansancio o fatiga persistente y dolor corporal generalizado.
“Y, en todo caso, si siente que la situación está afectando a su descanso nocturno de forma persistente y con repercusión sobre su actividad diaria o sobre su calidad de vida, consultar a una unidad especializada de Medicina del Sueño que le estudiará y prescribirá el tratamiento oportuno”, puntualizaron los expertos.