Primicias24.com Los principales líderes de la oposición de Bolivia criticaron este martes que la pelea interna en el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) lleve al país a un nuevo panorama de conflicto, ante la marcha iniciada por el expresidente Evo Morales (2006-2019) para exigir que se habilite su candidatura para las elecciones de 2025.
El gobernador suspendido y encarcelado de la región oriental de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, sostuvo en sus redes sociales que en estos momentos Bolivia vive “dos realidades”, la de los hogares y la gente “que siente la crisis”, la falta de combustibles y el encarecimiento de algunos productos, y la del presidente Luis Arce y el exmandatario Morales.
“Esa es la realidad de los palacios, la realidad de los vuelos privados, la realidad del despilfarro y la corrupción; una realidad que ahora se dedica a la pelea y a la politiquería interna, y que vive totalmente de espaldas ante los problemas de la gente. Evo y Arce enfermaron la economía y la democracia en Bolivia”, dijo el también líder de la opositora Creemos.
El expresidente Carlos Mesa (2003-2005) señaló que “es innegable que la amenaza de convulsión social en Bolivia responde a una pelea interna entre Arce y Morales por el control de su partido, así como la crisis económica se generó por la ineficiencia de ambos cuando gobernaban juntos”.
“El ansia de poder y la ineptitud de dos personas no puede arriesgar la estabilidad, la paz y la democracia, especialmente en momentos en que los incendios siguen devastando los bosques y la crisis económica destruye las esperanzas de las familias bolivianas”, sostuvo Mesa, líder de la alianza opositora Comunidad Ciudadana (CC).
El exmandatario Jorge Tuto Quiroga (2001-2002) afirmó que Morales quiere “tomar” el Gobierno a través del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, a quien acusó de ser “títere” del exgobernante.
Quiroga acusó a Morales de gastar durante su gestión presidencial los ingresos generados por la venta del gas natural y las reservas internacionales del país, por lo que consideró que “debería marchar de rodillas pidiendo perdón a Bolivia”.