El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue el encargado de anunciar el último balance de muertos y heridos tras terremoto registrado la madrugada de este lunes, detallando un saldo que supera las 1.600 víctimas entre Turquía y Siria, una cifra que se espera que crezca con el correr de las horas debido a que los trabajos de rescate están en marcha.
“Es el segundo más fuerte desde el terremoto de Erzincan de 1939. Según las últimas evaluaciones es de 7,7. Hay graves daños también en las zonas vecinas de Siria”, dijo el mandatario turco, al confirmar que se han registrado derrumbes o daños graves en más de 2.800 viviendas y que se ha rescatado con vida a 2.470 personas de los escombros.
El presidente Tayyip Erdogan también comunicó que casi 3.000 edificaciones se derrumbaron. Además, afirmó que es imposible predecir cuánto puede subir la cantidad de fallecimientos, en tanto que más de 6.000 ciudadanos de ambos países están heridos.
En Siria, el terremoto golpeó una región gravemente castigada por las consecuencias de años de guerra. Alepo, centro de los conflictos armados, fue una de las ciudades más dañadas junto a Latakia, Tartus y Hama.
El epicentro se halló en Pazarcik en la provincia de Kahramanmaras, según el servicio de emergencias turco Afad, aunque el observatorio sísmico de Kandilli lo ubica en Sofalici, en la provincia vecina de Gaziantep, unos 40 kilómetros más al sur.
El sismo se sintió también con fuerza en el Líbano, incluida Beirut. La fuerza del terremoto la situó en 7,8 el Servicio Geológico de Estados Unidos, mientras que Afad lo establece en 7,7.
Uno de los símbolos de la enorme destrucción del sismo es el histórico castillo romano de Gaziantep, que llevaba en pie más de 1.700 años y que ha sido arrasado por el temblor.
