La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, comentó las preocupaciones de varios funcionarios de EE.UU. sobre las grúas de carga chinas utilizadas en los puertos estadounidenses, que supuestamente pueden servir como herramientas de espionaje.
Al responder a una pregunta sobre el tema, Jean-Pierre dijo que no tiene ningún comentario específico sobre esos reportes. Sin embargo, destacó que “el pueblo estadounidense puede estar seguro de que este presidente [Joe Biden] va a protegerlo y garantizar que ponemos primero nuestra seguridad nacional”. Añadió que el Congreso de EE.UU. encargó al Departamento de Defensa y al Departamento de Transporte examinar ese problema.
“El Consejo de Seguridad Nacional, en estrecha coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Defensa, la Guardia Costera y los miembros del comité de inteligencia, han trabajado activamente en abordar potenciales cibervulnerabilidades del sistema de transportación marítima. Esto incluye una coordinación reforzada en todo el Gobierno federal y la cooperación con los principales interesados en la industria marítima”, declaró la vocera.
Además, Jean-Pierre afirmó que en febrero la Administración Biden emitió una asesoría de vulnerabilidades de los puertos marítimos en todo el mundo. En el marco de esta, fueron subrayadas las amenazas del uso de equipo fabricado por productores extranjeros.
El domingo pasado, The Wall Street Journal publicó un artículo que señalaba, con referencia a funcionarios de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. (DIA, por sus siglas en inglés), que las grúas de carga de la empresa china ZPMC instaladas en los puertos del país norteamericano pueden ser utilizadas para el espionaje, ya que contienen sofisticados sensores que permiten rastrear el origen y el destino de los contenedores. En este contexto, Carlos Giménez, miembro republicano de la Cámara de Representantes, introdujo en 2022 un proyecto de ley que busca prohibir que los puertos estadounidenses compren grúas chinas.
Mientras tanto, desde la Embajada de China en EE.UU. reaccionaron afirmando que estas inquietudes están “guiadas por la paranoia” y tienen como objetivo socavar la cooperación económico-comercial entre Pekín y Washington.
