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7 de abril de 1889: Nace la escritora chilena Gabriela Mistral

En 1910, validó sus conocimientos y obtuvo el título de “profesora de Estado”, con lo que ejerció la docencia

Primicias24.com- La escritora chilena y Premio Nobel de Literatura en 1945, Gabriela Mistral, nació el 7 de abril de 1889, en la ciudad de Vicuña. 

Su verdadero nombre era Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, pero prefería ser llamada por su seudónimo.

A partir de sus raíces humildes, Mistral se desempeñó como profesora en diversas escuelas y se convirtió en una importante pensadora con respecto al rol de la educación pública en todo el mundo.

Entre los tres y los nueve años de edad, Mistral vivió en la pequeña localidad de Montegrande. Siempre consideró esa, su ciudad natal. La poeta se refería a él como su “amado pueblo”.

Fue hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor de ascendencia diaguita y de Petronila Alcayaga Rojas, de ascendencia vasca.

Aunque su padre salió de casa cuando ella tenía unos tres años, Gabriela Mistral lo quiso y siempre lo defendió. Muchas veces contó que “revolviendo papeles”, encontró unos versos muy bonitos. “Esos versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi pasión poética”, dijo.

Pasos formales en la docencia

Desde 1908, fue maestra en La Cantera y después en Los Cerrillos. Aunque no docencia, por no tener dinero para pagar los estudios, ingresó en una Escuela Normal de la que fue excluida por prejuicios religiosos.

En 1910, validó sus conocimientos ante la Escuela Normal № 1 de Santiago y obtuvo el título de “profesora de Estado”, con lo que pudo ejercer la docencia en la secundaria. El mérito le costó la rivalidad de sus colegas, ya que el título lo recibió mediante convalidación de sus conocimientos y experiencia.

Inicios en su arte

En octubre de 1910, el diario El Colono de Traiguén del 1 de noviembre publicó el poema “Tristeza”, de Mistral, que resume el sentir del rechazo y, a su vez, la tragedia sentimental de su frustrada relación con Romelio Ureta, quien se suicidó el año anterior. 

Además, escribió el poema “Rimas, el 24 de octubre de 1910, donde manifestó su tristeza frente a la pérdida y la imposibilidad de una despedida. El mismo año, comenzó a escribir sus famosos “Sonetos de la muerte”.

El 12 de diciembre de 1914, obtuvo el primer premio en el concurso de literatura de los Juegos Florales, organizados por la FECh en Santiago, por sus “Sonetos de la muerte”. 

Desde ese momento utilizó el seudónimo literario “Gabriela Mistral” en casi todos sus escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D’Annunzio y el occitano Frédéric Mistral.

Entre la labor y la pasión

Tiempo después, Gabriela Mistral tenía una misión en Punta Arenas: ella fue enviada a una de las ciudades más australes de Chile con una tarea específica, “la chilenización de un territorio donde el extranjero superabundaba”. El encargo se lo había hecho el Ministro de Justicia e Instrucción Pública. No logró su cometido por completo, por tener consideración con quienes no eran chilenos.

En 1924, publicó en Madrid Ternura, libro en el que practicó una novedosa «poesía escolar», renovando los géneros tradicionales de la poesía infantil.

Su vida fue errante e incansable, lo que le permitió conocer cada rincón de Chile. Sin embrago, varias veces expresó que no tenía “un puesto fijo en el que utilizar su talento”.

A partir de 1933, y durante veinte años, trabajó como cónsul de su país en Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco, y resultó muy influyente en la obra de muchos latinoamericanos, como Pablo Neruda y Octavio Paz.

La noticia de que había ganado el Premio Nobel, la recibió en 1945 en Petrópolis, la ciudad brasileña donde desempeñaba la labor de cónsul.

A finales de ese año viajó a Estados Unidos, entonces como cónsul en Los Ángeles y, con el dinero ganado con el premio, se compró una casa en Santa Bárbara.

En 1946, conoció a Doris Dana, una escritora estadounidense con quien estableció una controvertida relación, y de quien no se separaría hasta su muerte.
 

Un final que dejó huellas

El 10 de enero de 1957, falleció la afamada escritora chilena, de un cáncer de páncreas. Durante mucho tiempo, padeció de diabetes y problemas cardíacos.

En su testamento, estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia.

Algunas obras destacadas

-Desolación (1922). Nueva York: Instituto de las Españas en los Estados Unidos.

-Lecturas para mujeres. Destinadas a la enseñanza del lenguaje (1923), con prólogo de Palma Guillén. México: Departamento Editorial de la Secretaría de Educación de México. 1º edición en Chile, abril de 2018, Editorial Planeta Sostenible.

-Ternura. Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna (1923). Madrid: Saturnino Calleja.

-Nubes blancas: poesías, y La oración de la maestra (1930). Barcelona: B. Bauza.

-Tala (1938). Buenos Aires: Editorial Sur.

-Antología (1941), selección de la autora. Santiago: Editorial Zig-Zag.

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