Primicias24.com- El geólogo británico, John Michell, falleció el 29 de abril de 1793 dejando grandes aportes que abarcan actualmente una amplia gama de temas.
Se formó en la Universidad de Cambridge, donde más tarde enseñó hebreo, griego, matemáticas y geología.
Sus aportes no solo fueron en el área de la geología sino también en la gravitación y la óptica, destacándose como experimentador y teórico.
Fuerza de Gravedad
Michell ideó una balanza que era capaz de medir lo que hoy en día conocemos como la “Fuerza de Gravedad”, la cual aplicó en objetos de laboratorio.
Luego, en 1750 mostró que la fuerza magnética ejercida por cada polo de un imán disminuye con el cuadrado de la distancia.
Sostuvo que los terremotos se extienden en forma de ondas
Con el histórico y desastroso terremoto que ocurrió en Lisboa, Portugal, en 1755, John escribió un libro que ayudó a establecer la sismología como ciencia.
En el texto describe que los terremotos se extienden en forma de ondas a través de la Tierra sólida y están relacionados con las compensaciones en los estratos geológicos que ahora se llaman fallas.
Por dicho trabajo, fue galardonado en 1760 por la Royal Society, instancia que reconoce la labor de destacados científicos.
Trabajó con científicos reconocidos de la época como: Benjamin Franklin, el químico Joseph Priestley (quien descubrió el oxígeno), y el físico Henry Cavendish (que descubrió hidrógeno).
Entre otros aportes, construyó el aparato para medir la fuerza de la gravedad entre dos objetos de masa conocida. Con este último experimento, Cavendish fue capaz por primera vez de calcular la masa y la densidad media de la Tierra.
Estudio de las estrellas en el cielo
John Michell dedicó sus conocimientos en matemática al estudio de la astronomía y explicó cómo las estrellas se distribuyen en el cielo, demostrando que muchas más estrellas aparecen como pares o grupos que podrían explicarse por las alineaciones aleatorias.
A su juicio, eran sistemas reales de estrellas dobles o múltiples unidas por su gravedad mutua.
Agujeros negros
Michell planteó en 1783 la existencia de agujeros negros, tras considerar un método hipotético para determinar la masa de una estrella y aceptó la teoría de Newton que la luz se compone de pequeñas partículas de material.
Sostuvo que dichas partículas, que salen de la superficie de una estrella, tendrían su velocidad reducida por la atracción gravitacional de la estrella, al igual que los proyectiles disparados hacia arriba desde la Tierra.