Primicias24.com- El chip sexual que en realidad se llama pellet -respondiendo a los pellets de madera que son diminutos y alargados, utilizados como combustible en las industrias- está causando revuelo en Argentina por solucionar los problemas de satisfacción de muchas parejas que lograron despertar la libido y decir adiós al viagra.
El dispositivo, se coloca a través de una incisión de unos tres milímetros en la zona grasa de la cintura. El tratamiento, es ambulatorio y se hace en un consultorio con un poco de anestesia local.
“Cada chip tiene dosis bajas de testosterona y diferentes a las que se utiliza para el hombre, va liberando las hormonas paulatinamente. Entre los tres y seis meses, se degradan en el organismo solas”, explicó al diario argentino La Nación, la ginecóloga Clelia Magaril.
El chip, tiene mayor demanda entre las mujeres que atraviesan el periodo de la menopausia. Sin embargo, no son pocos los hombres que también recurren a utilizarlo para aumentar el deseo sexual y la calidad del encuentro íntimo.
“La carencia de hormonas las llevó a necesitar refuerzos para mejorar su libido, su deseo sexual, su respuesta orgásmica y su capacidad de tener relaciones”, agregó la también docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El pellet disminuye el cansancio; mejora el ánimo; elimina dolencias; aumenta la masa muscular y la fuerza física; mejora las varices y la circulación; reduce el apetito, la flacidez y disminuye la grasa corporal; mejora la piel, la memoria y la concentración; previene y mejora la osteoporosis y la osteopenia; ayuda con la anemia y los niveles de energía, el sistema inmunológico, el sueño, el síndrome metabólico, enfermedades autoinmunes y diabetes; en el hombre, mejora la erección y
en la mujer, la atrofia mucosa del tejido vaginal y aminora notablemente los calores producidos por la menopausia.
Sin embargo, pese a todos estos beneficios no todas las personas pueden acceder a este tipo de tratamientos. Su aplicación es costosa, solo en Argentina, cada colocación ronda los 50.000 pesos argentinos, unos 840 dólares.
Se trata de una minicápsula hormonal del tamaño de un grano de arroz que contiene testosterona y cuyos resultados son tangibles. Su aplicación es subcutánea.