Primicias24.com- Sin duda alguna la llegada del COVID-19 golpeó todas las economías del mundo y un reflejo de esto es la informal.
La crisis en Colombia está obligando a muchos migrantes a elegir entre dormir en las calles o regresar a Venezuela a pie.
El aislamiento social permitió que muchas familias no pudieran seguir pagando los alquileres de sus viviendas y están siendo expulsadas a la calle con niños pequeños en todo el país.
En vista de que la mayoría trabaja por su cuenta debido a que no consiguen un empleo estable dejaron de pagar las habitaciones que rentaban por unos $8 la noche.
Desde que esto ocurrió se ven pequeños grupos de venezolanos caminando de regreso a su país, pese a que Venezuela atraviesa la peor crisis económica en la historia del continente americano.
“Nos tomó por sorpresa la velocidad con la cual la gente empezó a desalojar, preveíamos que fuera en la primera semana de este mes de abril y fue más rápido”, dijo el secretario de gobierno de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Luis Ernesto Gómez en una entrevista para El Nuevo Herald.
En la capital colombiana los dueños de las viviendas de hospedaje no muestran clemencia pese a la emergencia humanitaria. En Bogotá viven más de 361,000 migrantes venezolanos.
La Alcaldía Mayor de Bogotá dijo que no podía encargarse de estos arriendos y llamó al gobierno nacional a ayudarles con presupuesto para hacer frente a los desalojos. Pero las expulsiones no paran y tampoco llega la ayuda, refiere el diario.
A Vanessa del Carmen Sánchez, venezolana de 38 años, le avisaron que la iban a expulsar de su vivienda el 4 de abril junto a su esposo y dos hijos de 8 y 3 años. Sánchez llegó caminando a Bogotá desde el estado venezolano de Sucre el pasado mes de diciembre.
“Vendimos una moto que teníamos en Sucre, pasamos por la trocha caminando y llegamos a Bogotá pidiéndole a los conductores de los buses y camiones que nos adelantaran el camino y así fue como finalmente pudimos llegar tras un mes de travesía”, relató.
Ahora van a recorrer la misma ruta, atravesando las empinadas montañas, pero en sentido contrario.