Primicias24.com- El 7 de marzo de 1921, nació en El Manteco, estado Bolívar, el pintor y escultor venezolano, Alejandro Otero, quien fue, además de un renovador de las Artes Plásticas del siglo XX, un hombre que fue partícipe de todo aquello que se relacionara con la formación, educación y el perfeccionamiento de la sensibilidad artística en su país.
Fue hijo de José María Otero Fernández y María Luisa Rodríguez. En 1939 inició sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas bajo la tutela de Antonio Edmundo Monsanto, de quien se reconoció como discípulo.
Luego se trasladó a París, donde vivió 4 años. Allí formó parte del grupo de arte bautizado “Los Disidentes”. Según advirtieron muchos críticos, su primera expresión de gran importancia plástica, fue la serie Cafeteras.
Del aprendizaje a la enseñanza
Cuando aún era estudiante, fue nombrado profesor del curso de experimentación plástica para niños (1942) y dos años después, profesor de la Cátedra de Vitrales en la misma institución. De ella egresó en diciembre de 1944.
En sus primeras obras pertenecientes al período escolar, destacaron los retratos, desnudos y paisajes. En ellos se evidenciaron las primeras búsquedas de síntesis de elementos, que son características de toda su producción plástica.
“Los Flores de Catia (1941) y “Autorretrato” (1943) registraron, por otra parte, su paso de la construcción de los planos, a las calidades del color.
En 1944 realizó su primera exposición, junto a César Enríquez, en el Ateneo de Valencia. El gobierno francés y luego el Ministerio de Educación de Venezuela, le otorgaron en 1945 una beca para estudiar en París, los que representó su primer viaje al exterior. Experiencia que además, lo ayudó a consolidarse como profesional.
En 1951 regresó a Venezuela y participó en la “Síntesis de las Artes Mayores”, experiencia colectiva organizada por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva en los espacios de la Ciudad Universitaria de Caracas, proyecto que constituyó “el primer gran conjunto de arquitectura y arte que se erige en América Latina”.
Sus indagaciones en la abstracción fueron plasmadas en el campus de la Universidad Central de Venezuela, para la cual realizó cuatro murales y un vitral para la Facultad de Ingeniería, en 1954, una Policromía para la Facultad de Farmacia, (1957) y otra para la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (1956).
Entre 1955 y 1960 trabajó en la etapa de los Coloritmos, tablones verticales pintados al duco (laca).
En 1956 el Museo de Arte Moderno de New York adquirió el Coloritmo N.º 1. El mismo año, Otero fue incluido en la representación venezolana a la XXXVIII Bienal de Venecia con 5 obras. Los Coloritmos tuvieron repercusión latinoamericana y le merecieron reconocimientos en Barranquilla (1957) y Sao Paulo (1959).
Se incorporó, en 1987, al Centro de Investigaciones IBM de Venezuela como estudioso visitante. Experimentó con el diseño con computadora, cuyos resultados fueron publicados, dos años más tarde, en Alejandro Otero: Saludo al siglo XXI, libro que el artista dedicó como un tributo a los hombres de ciencia.
El arte y la familia
Alejandro Otero contrajo matrimonio con la pintora Mercedes Pardo, Premio Nacional de Artes Plásticas 1978, con quien tuvo cuatro hijos: Alejandro, Gil, Mercedes y Carolina.
Más adelante, en 1987, la Primera Bienal de Arte de Guayana, celebrada en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto,sirvió de marco para rendirle homenaje en vida.
Alejandro Otero falleció el 13 de agosto del año 1990, en la ciudad de Caracas. Por decreto presidencial y como homenaje póstumo, el 14 de agosto del mismo año, el Museo de Arte La Rinconada asumió el nombre de Fundación Museo de Artes Visuales Alejandro Otero.
